jueves, 10 de enero de 2008

La lucha contra las mineras III

Los vecinos de Ongamira y zonas aledañas aunaron, desde 2003, sus voces en rechazo de la presunta explotación de minería a cielo abierto, en un valle signado por un invaluable patrimonio natural, cultural, histórico, y arqueológico.

Ongamira es un valle serrano que exhala pureza en cada pizca de aire. Allí, es tan nítido el silencio que hasta permite disfrutar de la melodía del viento. Pero este reducto de paz y de historia, situado a 110 kilómetros de Córdoba Capital, en el Valle de Punilla, parece estar en la mira de la compañía francesa Red Mineral Corporation para explotar una mina metalífera a cielo abierto.

Así lo señalaron los vecinos de la zona, nucleados en la organización ¡Ongamira Despierta!, quienes denunciaron ante el Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, que se han extraído muestras de manera ilegal en busca de metales valiosos, en un proyecto que pretendería explotar 11 mil hectáreas, según señala el diario La Voz del Interior.


La riqueza de este paradisíaco lugar no sólo radica en el patrimonio natural, urdido por la erosión del viento y la lluvia en las rocas rojizas y por su biodiversidad, sino también por la existencia de importantes yacimientos arqueológicos, en los que habitó la cultura Ayampitín, predecesora de los comechingones, hace más de 8 mil años. Allí fue donde estos, atacados por los conquistadores españoles, libraron su última resistencia, sacrificando a sus mujeres y sus hijos -tirándolos desde la cima de la gruta- para luego arrojarse y evitar así ser sojuzgados.

El despertar de Ongamira

En un diálogo con DELTA, Guillermo López, integrante de ¡Ongamira Despierta!, explicó: “Rechazamos la explotación minera metalífera química a cielo abierto porque es altamente contaminante, destructiva, y porque no respeta el patrimonio arqueológico, ni el aire puro, ni el paisaje”.

Desde la ONG, señalan que en la Secretaría de Minería de la provincia hay seis pedidos de cateo y exploración presentados en 2004 y otros siete en 2005 por empresas que presuntamente buscan oro, plata, cobre, plomo o zinc. Por ello, presentaron un petitorio para pedir el acceso a los expedientes, así como también para que se declare Ongamira y los alrededores como zona de exclusión minera de este tipo de minería. “Pero la contestación que nos dieron -afirmó López- fue que era ilegal e improcedente el petitorio porque no hay ninguna mina funcionando aún, con lo cual no nos podían dar ningún tipo de contestación, ni podían abrirnos las puertas a los expedientes”.

Además, manifestaron que si bien se les niega la existencia de dichos pedidos, “en los mapas que tiene la Secretaría de Minería hay toda una serie de minas, algunas ya otorgadas, y otras con pedidos de cateo”, dijo Cristina Posse Brazda, integrante de ¡Ongamira Despierta! y administradora de un emprendimiento turístico. Asimismo, la entrevistada aseguró: “nos dimos cuenta de que el estudio de impacto ambiental -un requisito legal a cargo de la agencia Córdoba Ambiente- sale de Minería; allí lo tienen ya aprobado, y lo mandan a Córdoba Ambiente para que nomás le pongan la firma y salga”, remarcó.

En rigor, en una entrevista con DELTA, la titular de Patrimonio Cultural de la provincia, Josefina Piana, confirmó que la Secretaría de Minería había girado expedientes en los que se solicitaba autorización para cateo y exploración, al área de Patrimonio de la agencia Córdoba Cultura en diciembre de 2006. Ante estos pedidos, Piana aseguró que la agencia se expidió fijando la zona de exclusión minera, “en función de la existencia de yacimientos arqueológicos”, ya que, en virtud del Código Minero, ninguna actividad de explotación de este recurso puede afectar el patrimonio cultural ni natural. Sin embargo, agregó que “esa es una decisión de Secretaría de Minería”, con lo cual dicha declaración no implica un impedimento efectivo para una eventual explotación.

Contaminación a cielo abierto

Federico Kopta, vicepresidente de Fundación Acude, explicó a DELTA las consecuencias de la minería a cielo abierto: “Por un lado, genera contaminación química -que incide en el agua, con soluciones ácidas, soluciones alcalinas, con metales pesados que son tomados de la roca-, también puede haber liberación de particulados que pueden ingresar a los pulmones; además de contaminación sonora, por las explosiones, para poder ir rompiendo las montañas”, advirtió. Además, agregó que utilizan cianuro -que sirve para separar los metales de la roca y luego procesarlo-; y soluciones de ácidos, que después son llevadas a un piletón y van a parar a arroyos que se contaminan completamente. Y, si bien los desechos se pueden llegar a procesar, “lo normal es que queden en ese lugar”.



Por otra parte, el biólogo afirmó que, si bien “los ingenieros siempre van a plantear que hay una solución técnica a la contaminación, lo que no tiene solución es que se agota el agua”, debido al uso masivo a intensivo que se requiere. Guillermo López dijo que son millones de litros cúbicos diarios los que se necesitan para este tipo de explotación, “lo cual sería una catástrofe para este lugar, porque el agua no es lo que sobra, y aunque sobrara, la explotación minera no puede garantizar una no contaminación, no sólo de los ríos, sino de las napas freáticas”, enfatizó.


Y la contaminación llegaría hasta la propia ciudad de Córdoba, debido a que “estas grandes cantidades de agua concentrada generan nubes de metales pesados -nubes tóxicas-, que se desplazan por los fuertes vientos en dirección a la Capital, contaminándola con lluvia ácida”, enfatizó.


Problemas de fondo


Los obstáculos que se interponen a la protección del patrimonio y el ambiente no remiten a un proyecto particular, sino que configuran una red en la que los márgenes de acción se difuminan. En la tercer Jornada de Derecho Ambiental organizada por el Colegio de Escribanos y el Foro Ambiental Córdoba, Gabriel Jarque, de la Unidad Fiscal de Investigaciones en Materia Ambiental (UFIMA), afirmó que “En derecho ambiental tenemos una legislación que todavía no abastece como corresponde a este tipo de problemas”, por lo que las corporaciones transnacionales minimizan los gastos en protección ambiental “fundamentalmente” en el tercer mundo, “porque les sale más barato pagar una indemnización acá que adoptar todos los recaudos para producir como corresponde”, aseguró. Asimismo, afirmó que las particularidades del derecho ambiental lo hacen diferente del derecho penal, civil, o administrativo -“¿Quién dice hasta dónde llega el efecto negativo y hasta cuándo persiste?”-.


Consultada por DELTA acerca de las medidas preventivas que puede llevar a cabo dicha Unidad Fiscal, la abogada Dolores Duvergés señaló: “Los ciudadanos tienen la posibilidad de prevenir los delitos ambientales mediante las acciones de amparo, pero acá (en esta Unidad Fiscal) están los delitos que ya han sido consumados conforme a las infracciones a la ley 24.051 de residuos peligrosos, o de conservación de la fauna; o sea que entramos en otro terreno”, con lo cual no se contempla la prevención que estos casos ameritan.


Por otra parte, la conformación de los Tribunales Mineros -los que efectivamente deciden en la materia- exhibe irregularidades que contribuyen a la instalación de empresas mineras sin el menor impedimento. El geólogo Pablo Martínez Carranza, disertante en dicha jornada, relató, con indignación, que estos se integran “con el rezago de profesionales sacados de cualquier órbita”. Y es que no se puede experimentar otra sensación que angustia e indignación luego de un paseo por un valle paradisíaco que podría sucumbir al estruendo de explosiones. Si algo no sucumbe, sin embargo, es aquel espíritu de resistencia comechingón que se respira en ¡Ongamira Despierta!



Por Valentina Primo

Valle de Ongamira

Sábado al medio día partimos en busca del Valle de Ongamira, un lugar desconocido para nosotras, del cual teníamos poca información y una mínima idea de dónde quedaba. Con las pocas indicaciones que teníamos nos adentramos por un camino de tierra q parecía llevarnos hacia ningún parte.

Escépticas de estar en el camino correcto, luego de recorrer casi una hora sin encontrar señales de vida, pensamos en retornar a la ruta. Fue en ese momento que por detrás de una sierra, aparecieron de la nada las formaciones rocosas de Ongamira, hogar de los comechigones hace miles de años. Las rojizas formaciones rocosas erosionadas por el viento y la lluvia, parecen moldeadas por las manos de un artista, formando figuras que parecen cuidar el valle desde lo alto.

A poco de andar, nos encontramos con un parador al pie de las grutas que mejor se conservan y desde allí emprendimos la caminata, escalando a la más alta de las formaciones rocosas, acompañados por el vuelo de los aguiluchos – pájaros autóctonos de la zona – que parecían custodiar nuestro ascenso. La vista desde lo alto es increíble, el profundo silencio del valle sólo es interrumpido por el susurro del viento.

Estas grutas fueron el lugar donde vivieron los aborígenes, y fue también el último lugar de resistencia de estos pueblos. Estas tierras fueron otorgadas al Capitán Don Blas de Rosales, por el fundador de Córdoba Jerónimo Luís de Cabrera. En 1574, cuando éste quiso tomar posesión de sus tierras los comechigones se resistieron a someterse a los españoles, matando al capitán Rosales. Las represalias no se hicieron esperar y el ataque fue inminente. Superados en número, los aborígenes quedaron cercados en el cerro sagrado por los españoles.
Muchos de ellos arrojaron a las mujeres y los niños desde lo alto del cerro para no ser sometidos por los enemigos que venían a robarle sus tierras. Murieron con la frente en alto peleando por su libertad hasta el final, para no caer bajo el poder de la conquista. El cerro sagrado aun conserva el nombre de “El Colchiquin” que significa: el cerro maldito. Este pueblo fue el único que resistió la invasión y el sometimiento de los españoles en toda la región.

Por esto, el Valle de Ongamira es un lugar obligado para los amantes de la naturaleza, la paz y la tranquilidad, un paraíso rojo para ser disfrutado y protegido por todos.

Por Georgina Catalano




La lucha de los médicos Argentinos

En la salud y en la enfermedad


La medicina es una de las profesiones que más respeto genera en la sociedad. Cabe entonces preguntarse si consideramos que en la sociedad están incluidos los gobernantes e instituciones que tienen el deber de hacer que el respeto se traduzca en salarios justos. La salud es unos de los valores – si no “el” valor- que encabeza la escala de los más necesarios para la especie humana; cabe entonces preguntarse si el gobierno o instituciones consideran que nuestra comunidad se incluye dentro de la especie que necesita de gozar de ella.

Argentina hoy da la nota una vez más. Y Córdoba se esfuerza por que ésta nota se haga más disonante. Los médicos de nuestro país se encuentran en las trincheras, luchando no para vencer, sino para que no haya vencidos. La precariedad de las condiciones laborales a las que se enfrentan y lo lamentable del estado de los hospitales públicos, obligan a los ciudadanos a rever cómo aliarse a este bando que no hace más que reclamar lo que es justo.

Pequeñas metas alcanzadas, kilómetros por recorrer…


El último gran avance en la provincia se logró cuando se incorporaron médicos a través de concurso en la categoría de Médicos de planta permanente; puesto que permite a estos profesionales como a cualquier otro, tomarse vacaciones, cobrar aguinaldos, pedir carpeta médica y -entre otras cosas- recibir los aportes correspondientes a su labor. Pero lo que no se sabe- o por lo menos no se divulga- es que la mayoría de los médicos incorporados tenían años de antigüedad en nosocomios y durante ese tiempo no solo no gozaron de estos derechos y fueron sometidos al salario irrisorio, sino que además las condiciones edilicias y de equipamiento en los lugares donde trabajaron, distaron mucho de ser óptimas.


El doctor Eduardo Maturano, Doctor en Medicina y Cirugía y Docente del Instituto Virológico en la Facultad de Ciencias Medicas, explicó que hay varios escenarios posibles para la salud y lo interesante es que al antagonismo histórico de trabajadores/ dirigentes, se suma un nuevo jugador que agranda la brecha entre ambos: los grupos de medicina privada. Así se opone este tercero en discordia -que muchas veces en condescendiente con el gobierno de turno- a la medicina hospitalaria, que ha quedado atrás en relación al crecimiento del monopolio de la salud. “Ahora hay sectores bien agrupados, cuya encarnación más clara y conocida es el “grupo Jaimovich”, que representan la parte más importante de mercado a nivel privado y a su vez tiene intereses aceitados con el estado. Precisamente su crecimiento se debe a convenios que ha realizado con el Estado tanto a nivel provincial como nacional conformando redes para obras sociales nacionales como PAMI y provinciales como IPAM, lo que ha significado llegar a tener un control casi excluyente “declaró el Doctor.

Sin embargo, en los últimos tiempos la lucha se ha hecho más candente, y el conflicto en la provincia provocó que el Ministro de salud Roberto Chuit -luego de una ardua pelea para salir de la precariedad laboral- estableciera médicos en calidad de planta permanente. De acuerdo al especialista, una vez logrado esto “se desató una pelea importante por el salario, y más tardíamente una comprensión de que la pelea no es solo por el salario sino por el presupuesto que destina el estado al mantenimiento de los hospitales, la calidad de atención y la gratuidad de la misma, aunque es cierto que existe desde los 90 una tendencia a la auto-gestión como en el caso del Hospital de Clínicas y la maternidad”.

Muchas caras de una misma moneda


Es que al hablar de precariedad laboral sólo se toca una de las aristas de un problema cuya estructura es mucho más compleja. Es de conocimiento común que los centros de atención médica pública están en franco deterioro. Conseguir medicación, aparatología que funcione adecuadamente, turnos para consultas u operaciones, se hace cada vez más dificultoso – y peligroso- para quienes no acceden a una obra social privada. Así el círculo se completa y vuelve empezar haciendo que la enfermedad tanto orgánica como social de la dejadez de la medicina se expanda como epidemia.

Al respecto, el Dr. Moisés David Dib -Medico Cirujano y Especialista en Medicina Legal- agregó que no sólo la salud es un sector postergado, sino que además la educación entra en esa lista, lo que hace que la combinación sea agravante de la crisis social que cruza la Argentina de hoy. “La lucha que llevan adelante los docentes universitarios que es por salario y es por presupuesto, no es distinta de la lucha que lleva el sector de la salud pública. El déficit de estos últimos años en los sucesivos gobiernos ha agrandado el fuerte sesgo de des- inversión en la educación, que es la madre de todos los conflictos”.


Además los doctores miembros de la Junta Ejecutiva de ADIUC, hicieron explícita su preocupación entre el defasaje producido en la currícula que plantea la Facultad de Medicina para sus estudiantes, y la práctica real de los recibidos. Con el título conseguido, los egresados ven difícil su inserción laboral y sufren explotaciones por parte de hospitales públicos y clínicas privadas. Por ello luego de la obtención de su título deben realizar perfeccionamiento en Post- grados y maestrías - rentadas- lo que reduce las posibilidades de continuar con su capacitación. Así “el resultado final es que los apenas recibidos trabajan en condiciones poco óptimas para el desempeño laboral; lo que genera una camada de médicos que a la gente no le sirve. Sirve a un sistema que tampoco contiene a todos. Entonces los profesionales jóvenes no es que no sepan mucho, sino que saben, pero no pueden adaptar sus conocimientos a un sistema que no esta preparado para ellos” aseveró el Dr. Maturano. En relación a lo mismo, el Secretario General de ADIUC afirmó que esta falta de coincidencia entre carreras y ejercicio de la profesión es un problema importante porque no sólo se da en Medicina, sino en todas las carreras en general.

La salud en el horizonte


El recambio de autoridades en el país genera expectativas de progreso en este sector tan castigado y postergado. En esa línea, David Dib afirmó que “no está claro ni el proyecto de educación que el país necesita, y tampoco está claro cual es el modelo de salud que debe aplicarse. Así existen muchos casos de falta de recursos, y otras veces hay recursos muy mal aprovechados. Los médicos hoy están en los peores niveles salariales de la historia, y comparado con el resto de los profesionales, son los más bajos que existen”.

En el caso de Córdoba no se cree que se planteen nuevas estrategias en lo referido a esta cuestión, sino que se seguirá con el lineamiento de la última parte de la gestión de De la Sota. A Nivel nacional con el cambio de ministro de salud y se puede esperar algún debate sobre ciertos puntos, y en relación a ello el doctor confirmó “La presidenta electa ha afirmado que habrá mayor inversión en educación y salud, pero también hubo una decisión del presidente saliente sobre esto, y en la práctica no se concretó. Si se puede creer en las promesas quizás hay alguna perspectiva, pero por ahora parece muy difícil que cambie la situación de la salud”

En conclusión esta batalla que se inició en contra de la las condiciones precarias de trabajo y que tuvo como triunfador al movimiento sindical, fue mutando para conseguir una mejora salarial y en la actualidad va encaminándose hacia una nueva contienda por aumento de presupuesto. En relación a lo anterior esto declaró el Dr. Dib: “es posible y esperable que cuando se explicite que el triunfo de la lucha será beneficioso para toda la comunidad, en los próximos tiempos se den movimientos ascendentes en la lucha de la salud, por lo que vamos a un episodio de conflictos que definirá para que lado juega el gobierno”.

Por Ma.Guadalupe Zamar