jueves, 22 de mayo de 2008

Aniversario de Delta

Porque reconstruir nuestra pirámide de valores personales, reflexionar, y estar dispuestos a conocer es trascendental, Delta invita a sus compañeros de estos dos años a seguir alertas e informados.

Resulta dificultoso alejarse de las subjetividades al hablar de algo propio y tan apreciado. Y Delta es eso: un proyecto que maduraba en cada detalle, una búsqueda constante, un reencuentro con ustedes en cada edición; y en este nuevo aniversario, apostamos con más fuerza a los ideales que hacen de este producto gráfico y digital, una voz en Córdoba. Así, la revalorización del lenguaje, la apelación a la consciencia social, y el descubrimiento de diversas facetas culturales son las bases fundamentales que se mantienen incólumes en cada palabra expresada en esta revista mensual.


Las personas que hacemos Delta no somos sólo cuatro jóvenes que tuvieron la iniciativa y trabajan sin descanso para ver la revista en cada hogar, también lo son los diseñadores que hacen realidad el producto impreso y digital, los colegas que permiten ampliar las zonas de difusión –comentando sobre los artículos o interrogando sobre el proyecto-, la Belga Argentina que colabora y facilita la ampliación y distribución de la tirada cada mes (gracias, Inés); los auspiciantes que confían en esta revista que busca diferenciarse, en los lectores que en cada número reflexionan con los temas propuestos y escriben cartas o mensajes en la página principal de Delta. Muchas Gracias a todos.

Quizá nuestras metas parezcan utópicas o ambiciosas, pero tenemos la reconfortante certeza de que no son imposibles. Al menos, son un buen punto de partida para encaminarnos juntos hacia una sociedad mejor.

Por todo esto, y porque Delta quiere seguir creciendo y acompañando a su público, la propuesta de un periodismo dinámico, pensante y cuidadoso, seguirá abierta a nuevas propuestas, alerta a cada acontecimiento, expectante en cada manifestación cultural, y feliz de expresar por medio de palabras lo que supone ser parte de Córdoba.

DELTA Prensa
Guadalupe, Georgina, Emiliana, Valentina.

La adopción en Argentina

Es sabido que en nuestro país, como en tantos otros, la adopción es un proceso complejo y lleno de trabas. Entre las complicaciones que surgen, la más terrible es que los tiempos de la ley y de los jueces encargados de aplicarla, son muy distintos a los tiempos de un menor. En ese lapso, la oportunidad de los pequeños de tener una familia desde su nacimiento, muchas veces se ve postergada y hasta imposibilitada; y la ilusión de la dulce espera de los padres, se convierte en amarga desesperación.

La cigüeña que se hace esperar
Muchas familias en busca de niños se cansan de esperar los protocolos de la adopción. Algunos se lanzan a buscar niños fuera de sus provincias y con mucha suerte consiguen alguna madre que esté por dar a luz y quiera entregar su hijo en adopción. De esta forma se logra una “entrega directa” que agiliza la tenencia legal. Esta vía tiene como ventaja que los futuros padres pueden conocer a la madre biológica de su niño, dándole la posibilidad a éste, el día de mañana, saber su procedencia y la historia que permitió a sus padres adoptivos que lo criaran.

Otras familias, por el contrario, toman de manera ilegal a un niño, muchas veces pagándolo, otras a través de sobornos a sus madres, y otras acudiendo a gente “especializada” que a través de un oficio repudiable se encarga de “conceder” el deseo de ser padres a estas familias. En estos casos, habitualmente los padres adoptivos no conocen a los progenitores de su nuevo niño, y más allá de no poder ofrecerles el conocimiento de su procedencia, pueden pasar por alto enfermedades genéticas, trastornos psicológicos y otro tipo de complicaciones evitables o remediables con el previo conocimiento. Esta situación que transforma a los niños en una “mercancía” lleva a que se incremente el número de menores que no son anotados al momento de su nacimiento, facilitando de este modo, la adopción por vías ilegales. Referido a ello el Gobernador de Santiago del Estero, Jorge Zamora, afirmó que “de cada diez niños que nacen en su provincia, sólo dos o tres son registrados”.

La balanza de la justicia

Consultado por DELTA, el presidente de la Fundación Adoptar, Julio Cesar Ruiz, nos explicó que si bien hay una intención desde el 2005 de crear un Registro Único de Adoptantes, tal objetivo está lejos de cumplimentarse. Por otra parte aseguró que la ley 24.779 (Ley de Adopciones) sólo logra sus objetivos en un 25 por ciento; el 75 por ciento restante, es adoptado de manera ilegal y en el peor de los casos es víctima de redes organizadas de tráfico de bebés. Pero ¿Cuál es el motivo para que este porcentaje sea tan elevado?, la respuesta suena familiar: los tiempos de la justicia.

Ruiz afirmó sin embargo que existen algunas ventajas en la Ley de Adopción, como por ejemplo que “no es necesario estar casados para adoptar, aunque siempre resulta mejor, desde el punto de vista emocional para el niño, ya que si hay pareja, los dos pueden tener contacto con él”, y además explicó que esa misma ley prevé que “ para que el juez otorgue una adopción, primero entrega al niño en guarda legal, lo que permite darles a los padres y al niño un tiempo de adaptación. Luego de este tiempo, se emite una resolución judicial que corta definitivamente y de por vida el vínculo del pequeño con la familia biológica. Esta última es la garantía fundamental por la que siempre conviene la adopción”.

Un vínculo derecho

Si bien no existe por el momento ninguna mención en la agenda nacional para tratar el tema de las demoras en la adopción; de las dificultades de la aproximación a lograr un Registro Único; o el tráfico de bebés, la vía ilegal no debe ser considerada una salida en ningún caso. El presidente de Fundación Adoptar dio algunas razones del porqué es tan serio conseguir un niño a través de la ilegalidad: “Conseguir un niño por vía ilegal configura un delito tipificado en el Código Penal Argentino y considerado como figura delictiva en todos los países civilizados del mundo; es delito de "acción pública", es decir que el Estado puede iniciar la persecución del delincuente. Desde que la maniobra es descubierta los padres serán despojados de la tenencia del niño, quien será internado en un instituto de recepción de menores y perderán toda posibilidad de que ese mismo niño vuelva al seno de su hogar por esa conducta delictiva”. Finalmente -explicó Ruiz- cuando se deciden a “conseguir un niño” se está colaborando con las con “mafias dedicadas al tráfico de personas. Los niños sustraídos y comercializados por estas bandas pueden tener cuatro destinos: adopciones ilegales; para la exportación y adopciones internacionales; para prostitución infantil y pornografía; y para el tráfico de órganos”.

Es importante nunca olvidar el porqué de la necesidad de tener un hijo. Ese deseo no puede estar basado en egoísmos y en falta de ética. Desde el momento en que se decide adoptar, se comienza a gestar la relación futura entre los padres y el niño. Nada bueno puede salir de ella, si se la inicia como un fraude.

Por Ma. Guadalupe Zamar

Entrevista a Miguel Ocampo

Arquitecto, diplomático, viajó por el mundo y vivió en las ciudades más prestigiosas del mundo; pero eligió un pequeño pueblo de nuestra provincia para radicarse y encontrar, en La Cumbre, su inspiración, hallando finalmente la esencia de su pintura.

¿Cuándo empezó con la pintura?
Bueno debe haber sido en otra vida, en una reencarnación anterior (risas), por que desde los 7 años yo ya sabía que quería pintar, que quería ser pintor. Qué querés ser cuándo seas grande, pintor decía yo. Nunca tuve dudas con eso.

Creo que la mayoría del tiempo de mi vida lo debo haber pasado pintando. Empecé como empieza todo pintor, como un juego, la gracia y la sabiduría que es eso. Después lo vas perdiendo con la experiencia y la vida. Y bueno al final creo que con todos esos años, tengo 80 y tantos, la gran sabiduría de jugar, se podría lograr ahora, tratar de pintar con el espíritu, con la inocencia, el gusto y la libertad de los 7 años.

¿Y dónde estudió?
Yo en realidad soy arquitecto, soy arquitecto a consecuencia de la pintura, por que yo tenía claro que quería ser pintor. En la adolescencia, con las diferencias y la sabiduría de los padres, que me decían que de la pintura no iba a vivir, y que tenia q estudiar otra cosa, aunque tampoco viví de esa otra cosa, que fue la arquitectura. Estoy agradecido a los años de facultad, me sirvieron en la vida para otras cosas, para la pintura sobre todo, además que para la vida en general. La arquitectura es una disciplina de establecer prioridades y ordenar, hacer programas, pensar en los otros en la vida de los otros. Todo eso influye. Al principio trate de vivir de la arquitectura y me costaba mucho compaginar con la pintura, es raro por q esta lleno de pintores arquitectos, pero a mi me costo. La pintura me ocupaba mucho en la vida como una obsesión.

Gracias a la arquitectura llegue a la vida como diplomático, ya que logre entrar como agregado cultural en Paris, en el rango de Consejero Cultural. Eso me dio la oportunidad de vivir en Roma y en Nueva York, que, cuando prescindieron de mí en el gobierno de Perón me quede a vivir ahí.

¿Cuándo fue su primera exposición?
A los 7 años (risas) en una exposición para niños, ahí también gané mi primer premio como pintor. En una sala que se llamaba “los amigos del arte”, había pasado recién la revolución de Uriburo, que era un general llamativo por sus bigotes enormes y creo q la gran mayoría de los chicos dibujaron al general con sus grandes bigotes, y yo fui uno de los pocos que dibujo otra cosa. Y ahora que te lo cuento me doy cuanta y hasta me emociona acordarme, creo que toda mi vida ha sido eso, mi carrera de pintor, pintando por mi cuenta y nunca haciendo lo que hacían los demás, pero no por llevar la contra, si no por una realidad más profunda de hacer lo que realmente quería y me gustaba.

¿Y cuál fue la exposición que le dio más satisfacción?
No se, hice tantas exposiciones. Individualmente expuse en Roma, Paris, Nueva York, Madrid, Montevideo, Venezuela, Colombia, Miami, etc. y muestras colectivas hice montones. Y tal vez la que más satisfacción me dio fue la primera que hice en Paris, en la que me fue muy bien y considero que fue una bisagra en mi vida. Tenía veintitantos años y me había ido a Paris luego de terminar la universidad a un viaje de estudios. Contaba con algunos ahorros y puede dedicarme full time a la pintura por un tiempo. Hice un quiebre de pasar de ser un pintor aficionado a ser un pintor mas sólido. Cuando volví a Buenos Aires me metí en la vida diplomática y ahí estuve durante 20 años. Siempre seguí pintando, en esos años lo hacia de noche.

¿Cómo llega a instalarse en La Cumbre?
Y yo tenía esta casa acá, y decidí hacer un taller cuando vivía en Paris. Acá estuve los últimos 30 años de mi vida. Fueron más años, pero fueron mucho más cortos que los 20 años como diplomático, y sorpresivamente más intensos conmigo mismo. Posiblemente por que llegué con más de 50 años, habiendo vivido en esas ciudades muy grandes, habiendo expuesto en muchas galerías prestigiosas. Vine a La Cumbre y fue más intensa mi relación con lo que me rodeaba y mas consciente con lo que tenés que hacer con tu persona, con tu ser, ¡no lo cambio por Manhattan! En esas ciudades vivía para el exterior, cosa que no me interesaba.

¿Qué quiere representar con sus pinturas?
Ya desde mi primera exposición en Paris iba encaminado hacia la abstracción. Cuando llegue acá, a La Cumbre veía los paisajes, la naturaleza, lo que veía no me decía, me sonaban a tarjetas postales. Se me iban metiendo cosas en la cabeza, incluso las veces que pinte paisajes los hacia con un interior compositivo abstracto, en el fondo era una abstracción, que era lo que a mi me interesaba. Poder expresar con formas y colores, pero no en la descripción, sino lo que a vos te hace sentir al ver esos colores, no individualizando. Nuestra mirada generalmente es muy pobre, utilitaria, identificatoria; pero cada cosa es especial, tiene sus colores. Todas esas cosas son las que realmente expresan las formas y los colores.
Es muy difícil hacer un cuadro atractivo que lo miren y que sea nada, que exprese todo pero que no sea nada. Cualquier garabato representa algo y el color siempre esta atado a una forma. Lo que yo quiero es muy utópico y toda la vida lo intente, y recién ahora creo que logre hacer cuadros que no representen nada.

¿Cómo surge la galería de arte?
Es una consecuencia de la edad. Inercia de la vida, reflexión inevitable, va a llegar el día en que mis hijas van a decir, ¿qué hacemos con todos los cuadros de papá? Entonces a mi mujer se le ocurrió que le compremos un pedazo de terreno a las vecinas para poder hacer un lugar para mostrar los cuadros. Y así arrancamos con el proyecto de la galería, que ya es algo concreto.

La galería tiene todo un sistema de ventilación y de iluminación para preservar las pinturas; además de una muy buena acústica, por que tengo la idea de combinar la pintura con conciertos.

En esta primera temporada recibimos la visita de 2 mil personas en dos meses, ahora solo abrimos viernes, sábados y domingos.

Por Georgina Catalano

Inmigración en Europa

El paradigma de la globalización enfrenta desde hace años una inocultable fisura: mientras se simula un mundo interdependiente y sin fronteras, el viejo continente levanta cada vez más murallas. La muestra fotográfica “La fortaleza Europea” es un intento por indagar este fenómeno en el que el choque cultural, la xenofobia, y el miedo tienen un mismo rostro.

“La globalización no es más que un término tramposo; una ideología prêt
-à-porter (lista para usar)”, afirma el sociólogo belga Armand Mattelart. Es que esta idea de internacionalización se desmorona toda vez que la inmensa desigualdad mundial revela su endeble sustento, ya que este fenómeno parece inducirnos más a la progresiva fragmentación que a la universalización. De esta manera, mientras se pretende crear la sensación de unificación de las múltiples culturas y prácticas sociales, los Estados levantan muros.

Impulsada por esta inquietud, la fotógrafa cordobesa Ornella Rubioli refleja en la muestra “la fortaleza europea” los rostros de aquellos que no tienen visa para entrar en la globalización, y quedan varados en su “hueco negro”, como ella lo designa. “Me sentí identificada con esta problemática desde que viví entre inmigrantes en España y Austria -relató-, especialmente en Viena, donde la política de inmigración es aún más dura y el proceso legal para quien no pertenece a la Comunidad Europea es muy limitado. Poder charlar con ellos fue difícil, ya que para quienes se ven obligados a permanecer en la ilegalidad, el silencio es un voto seguro y la desconfianza una manera de sobrevivir”, aseveró.

Barreras legales

En un diálogo con DELTA, Kristian Henk, abogado austríaco con especialización en Derechos Humanos y Derecho Humanitario, explicó que “el concepto de migración en Austria está tan mal concebido, que produce un abuso del derecho al asilo”, ya que la forma normal de inmigrar y obtener un permiso de residencia está tan restringida que casi no se aplica. “La única gente habilitada para obtenerlo -detalló- son trabajadores clave (requeridos por una empresa), o familiares de austriacos, lo cual excluye vínculos nupciales”. Por esta razón, esta ley es muy criticada al tratar peor a esposos de austriacos que a esposos de otros países de la Comunidad Europea (que sí tienen libre acceso).

Sin embargo, el abogado relató que aún recurrir al derecho al asilo representa grandes dificultades, ya que para ello es necesario ingresar por medio de una visa, cuya solicitud es frecuentemente rechazada.

Por otra parte, la figura del refugiado consagrada en 1951 en la Convención de Ginebra, lo define como “aquel que se encuentra fuera de su país de origen debido a fundados temores de persecución por razones de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas”, excluyendo así a quienes escapan de guerras civiles o enfrentamientos armados, situación frecuente en algunos países del continente africano.

De esta manera, “la mayoría de la gente que llega no tiene derecho a refugio, pero abusan de ese régimen legal porque es la única esperanza que tienen”, explicó Henk. Los inmigrantes ingresan clandestinamente a Austria a través traficantes, que los hacen pasar la frontera externa de la zona Schengen de la Unión Europea y a partir de allí, “como el primer país al que llega el refugiado es competente exclusivamente para dar asilo o no -según las Resoluciones de Dublín de la Unión Europea- el refugiado oculta su ruta de ingreso para que su solicitud sea admitida en Austria”, expuso.

Así es como comienza un largo camino a través de detenciones, juicios y declaraciones primero -dificultadas por el desconocimiento del idioma-, para luego enfrentar el rechazo y sumirse en la clandestinidad y la desconfianza. En caso de que la solicitud de asilo sea admitida, el extranjero obtiene un carné y derecho de residencia hasta que se termine el trámite, así como derecho a un subsidio estatal, consistente en alojamiento, abastecimiento, y servicio de salud. Sin embargo, la mayoría de los procesos legales concluyen con un portazo y una orden de deportación.

La “mama” vienesa

Además de desempeñarse en la Cruz Roja Austriaca, y la Defensoría del Pueblo, Kristian Henk trabajó en Ute Bock, una asociación creada por una ex maestra a la que llaman la “mama”. Allí, se ofrece apoyo a gente que no tiene permiso de residencia, o que está esperando su deportación y ya no recibe el subsidio alimentario porque se le terminó el proceso de asilo. “Se ofrece consejo legal, diferentes talleres para favorecer la adaptación -como de alemán-, y también techo, porque la mayoría no tiene ya lugar en los campos de refugiados”, relata K
ristian. Esta organización cuenta con mucho apoyo de la sociedad civil y se sustenta con donaciones. “El gobierno no colabora con la mama -afirmó el abogado- pero a su vez lo toleran, porque seguramente muchos de los que están allí tienen la orden de salir del país pendiente, y al final, al Estado le conviene que alguien se ocupe de que esta gente no muera de hambre”.

Allí, el abogado otorgaba asesoramiento legal a quienes iniciaban el proceso de pedido de asilo. Sin embargo, las contradicciones recurrentes en sus declaraciones eran un paso difícil de revertir hacia la deportación. “Mienten sobre el nombre y el país de origen, tiran los pasaportes para que no se pueda probar, y dicen que son de otra zona porque saben que la posibilidad de obtener asilo es más alta si vienen de una región determinada”, afirmó.

Así, el letrado expresó que, legalmente, lo que se hace “no tiene sentido” porque sólo se recurre a retrasar la decisión final, y, por lo tanto, prolongar el período en el que están protegidos por ley. “Es lo mismo que hacés con una persona que ya está muerta y la mantenés viva con respiración artificial -aseguró-; porque sólo hacés tiempo, y la mentira es tan obvia que no hay esperanzas de que la decisión final sea otra”. Es que quizá, para aquellos a los que sólo les queda la esperanza, un día más vale la pena.

Por Valentina Primo