jueves, 22 de mayo de 2008

Entrevista a Miguel Ocampo

Arquitecto, diplomático, viajó por el mundo y vivió en las ciudades más prestigiosas del mundo; pero eligió un pequeño pueblo de nuestra provincia para radicarse y encontrar, en La Cumbre, su inspiración, hallando finalmente la esencia de su pintura.

¿Cuándo empezó con la pintura?
Bueno debe haber sido en otra vida, en una reencarnación anterior (risas), por que desde los 7 años yo ya sabía que quería pintar, que quería ser pintor. Qué querés ser cuándo seas grande, pintor decía yo. Nunca tuve dudas con eso.

Creo que la mayoría del tiempo de mi vida lo debo haber pasado pintando. Empecé como empieza todo pintor, como un juego, la gracia y la sabiduría que es eso. Después lo vas perdiendo con la experiencia y la vida. Y bueno al final creo que con todos esos años, tengo 80 y tantos, la gran sabiduría de jugar, se podría lograr ahora, tratar de pintar con el espíritu, con la inocencia, el gusto y la libertad de los 7 años.

¿Y dónde estudió?
Yo en realidad soy arquitecto, soy arquitecto a consecuencia de la pintura, por que yo tenía claro que quería ser pintor. En la adolescencia, con las diferencias y la sabiduría de los padres, que me decían que de la pintura no iba a vivir, y que tenia q estudiar otra cosa, aunque tampoco viví de esa otra cosa, que fue la arquitectura. Estoy agradecido a los años de facultad, me sirvieron en la vida para otras cosas, para la pintura sobre todo, además que para la vida en general. La arquitectura es una disciplina de establecer prioridades y ordenar, hacer programas, pensar en los otros en la vida de los otros. Todo eso influye. Al principio trate de vivir de la arquitectura y me costaba mucho compaginar con la pintura, es raro por q esta lleno de pintores arquitectos, pero a mi me costo. La pintura me ocupaba mucho en la vida como una obsesión.

Gracias a la arquitectura llegue a la vida como diplomático, ya que logre entrar como agregado cultural en Paris, en el rango de Consejero Cultural. Eso me dio la oportunidad de vivir en Roma y en Nueva York, que, cuando prescindieron de mí en el gobierno de Perón me quede a vivir ahí.

¿Cuándo fue su primera exposición?
A los 7 años (risas) en una exposición para niños, ahí también gané mi primer premio como pintor. En una sala que se llamaba “los amigos del arte”, había pasado recién la revolución de Uriburo, que era un general llamativo por sus bigotes enormes y creo q la gran mayoría de los chicos dibujaron al general con sus grandes bigotes, y yo fui uno de los pocos que dibujo otra cosa. Y ahora que te lo cuento me doy cuanta y hasta me emociona acordarme, creo que toda mi vida ha sido eso, mi carrera de pintor, pintando por mi cuenta y nunca haciendo lo que hacían los demás, pero no por llevar la contra, si no por una realidad más profunda de hacer lo que realmente quería y me gustaba.

¿Y cuál fue la exposición que le dio más satisfacción?
No se, hice tantas exposiciones. Individualmente expuse en Roma, Paris, Nueva York, Madrid, Montevideo, Venezuela, Colombia, Miami, etc. y muestras colectivas hice montones. Y tal vez la que más satisfacción me dio fue la primera que hice en Paris, en la que me fue muy bien y considero que fue una bisagra en mi vida. Tenía veintitantos años y me había ido a Paris luego de terminar la universidad a un viaje de estudios. Contaba con algunos ahorros y puede dedicarme full time a la pintura por un tiempo. Hice un quiebre de pasar de ser un pintor aficionado a ser un pintor mas sólido. Cuando volví a Buenos Aires me metí en la vida diplomática y ahí estuve durante 20 años. Siempre seguí pintando, en esos años lo hacia de noche.

¿Cómo llega a instalarse en La Cumbre?
Y yo tenía esta casa acá, y decidí hacer un taller cuando vivía en Paris. Acá estuve los últimos 30 años de mi vida. Fueron más años, pero fueron mucho más cortos que los 20 años como diplomático, y sorpresivamente más intensos conmigo mismo. Posiblemente por que llegué con más de 50 años, habiendo vivido en esas ciudades muy grandes, habiendo expuesto en muchas galerías prestigiosas. Vine a La Cumbre y fue más intensa mi relación con lo que me rodeaba y mas consciente con lo que tenés que hacer con tu persona, con tu ser, ¡no lo cambio por Manhattan! En esas ciudades vivía para el exterior, cosa que no me interesaba.

¿Qué quiere representar con sus pinturas?
Ya desde mi primera exposición en Paris iba encaminado hacia la abstracción. Cuando llegue acá, a La Cumbre veía los paisajes, la naturaleza, lo que veía no me decía, me sonaban a tarjetas postales. Se me iban metiendo cosas en la cabeza, incluso las veces que pinte paisajes los hacia con un interior compositivo abstracto, en el fondo era una abstracción, que era lo que a mi me interesaba. Poder expresar con formas y colores, pero no en la descripción, sino lo que a vos te hace sentir al ver esos colores, no individualizando. Nuestra mirada generalmente es muy pobre, utilitaria, identificatoria; pero cada cosa es especial, tiene sus colores. Todas esas cosas son las que realmente expresan las formas y los colores.
Es muy difícil hacer un cuadro atractivo que lo miren y que sea nada, que exprese todo pero que no sea nada. Cualquier garabato representa algo y el color siempre esta atado a una forma. Lo que yo quiero es muy utópico y toda la vida lo intente, y recién ahora creo que logre hacer cuadros que no representen nada.

¿Cómo surge la galería de arte?
Es una consecuencia de la edad. Inercia de la vida, reflexión inevitable, va a llegar el día en que mis hijas van a decir, ¿qué hacemos con todos los cuadros de papá? Entonces a mi mujer se le ocurrió que le compremos un pedazo de terreno a las vecinas para poder hacer un lugar para mostrar los cuadros. Y así arrancamos con el proyecto de la galería, que ya es algo concreto.

La galería tiene todo un sistema de ventilación y de iluminación para preservar las pinturas; además de una muy buena acústica, por que tengo la idea de combinar la pintura con conciertos.

En esta primera temporada recibimos la visita de 2 mil personas en dos meses, ahora solo abrimos viernes, sábados y domingos.

Por Georgina Catalano

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