
Este hombre se llamó Enrique Febbraro, un profesor porteño que sorprendido por esta hazaña de traspasar las fronteras del mundo y llegar a la luna, decidió que debía acercarse a otros hombres de ideologías, credos y razas diferentes. Para él, la llegada del hombre a la luna simboliza los esfuerzos de la humanidad toda para extenderse más allá del horizonte visible.
Motivado por esta proeza, envió mil cartas a cien países diferentes
– trabajo que demandó un año y colaboración de amigos-, con la siguiente leyenda: "Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. Él me enseña, yo le enseño. Ambos aprendemos y juntos vamos recorriendo el camino de la vida, creciendo. Sólo el que te ama te ayuda a crecer". Con esta frase, además, enfatiza su idea de instaurar ese día como el día internacional del amigo.
– trabajo que demandó un año y colaboración de amigos-, con la siguiente leyenda: "Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. Él me enseña, yo le enseño. Ambos aprendemos y juntos vamos recorriendo el camino de la vida, creciendo. Sólo el que te ama te ayuda a crecer". Con esta frase, además, enfatiza su idea de instaurar ese día como el día internacional del amigo.
De esas mil cartas enviadas, recibió setecientas respuestas de personas que expresaban compartir su idea. Es así como quedó insaturado el 20 de julio como el día internacional del amigo, que en la actualidad se celebra en más de cien países, la mayoría americanos.
Pero a pesar de esto, que el día del amigo sólo sea una excusa más para juntarnos, y no el único día del año en que pensemos en cuanto queremos y necesitamos a nuestros amigos. Simplemente….¡¡¡Feliz día para todos!!!
Por Georgina Catalano
Por Georgina Catalano
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