jueves, 8 de febrero de 2007

Lugares

México, Un lugar en el ombligo de la Luna


Impregnado por una amalgama de tradiciones indígenas, españolas y norteamericanas, México dista de ser un país más en el complejo universo latinoamericano. Entre tacos, chile, guajolote, chongos, tequila y mariachis, esta Nación se distingue como un espécimen paradigmático y sugerente, que lleva al asombro permanente.
En una entrevista con DELTA, la licenciada en Ciencias de la Educación e HistoriaGabriela Carranza Salvay –residente en el país azteca-, explica cómo es la vida actual en México y cuál es la historia que hace, de este Estado, un mundo en sí mismo
.


Partiendo de la preponderancia de México territorial y culturalmente ¿Cuáles son las particularidades históricas que lo hacen diferente dentro del conglomerado latinoamericano?
Básicamente es la historia de un país con un gran nacionalismo, con una formación educativa muy apegada a lo que los identifica culturalmente. Entonces, desde la época de la independencia hasta la actualidad, ellos se aferran a símbolos o figuras que representan unión para el pueblo. El ejemplo más claro es la Virgen de Guadalupe; cuando se declara la independencia, Hidalgo y Morelos agarran como estandarte a la Virgen para conectar a la sociedad, ya que se trataba de un pueblo carente de ideas políticas, sin formación, con ideales independentistas pero sin talantes para unirse.

Este patriotismo se evidencia aún antes, desde la época prehispánica, cuando los aborígenes mexicanos se mostraron claramente anticolonialistas y mantuvieron una relación con España muy distante, diferente a la argentina.

Partiendo de que el 70 por ciento de la sociedad mexicana es aborigen ¿Cuál es la artimaña social y cultural que permite la convivencia entre la influencia occidental y la cultura nativa? ¿Como se manejan con esa cultura indígena?
Culturalmente, México es un mosaico impresionante formado por 56 etnias. El criollo es aquel que tiene ascendencia indígena, y los grupos aborígenes mantienen una forma de vida totalmente paralela, sin integración social. Durante décadas, los gobiernos han presentado proyectos de integración de las etnias; por ejemplo obligar a los padres a mandar a la escuela a sus hijos para que aprendan el idioma español, porque cada grupo nativo habla la lengua de su etnia. Luego de fracasos continuos, se determinaron proyectos alternativos que respetan las características culturales de cada región, creando escuelas donde sólo se logra alguna formación cultural, educativa y ciudadana. De esta forma, al menos pueden participar socialmente, porque los aborígenes no votan ni tienen “credencial del lector”, que es el equivalente al documento de identidad. Además, gran parte de estas poblaciones nativas viven entre montañas, por lo cual carecen de relaciones sociales amplias y quebrantan toda norma.

Es así como las instituciones aztecas velan por las costumbres ancestrales y construyen un nacionalismo intrépido que es parte de su historia.
“En México se aprende el inglés para estar al tanto del mundo actual, por necesidad, pero en las escuelas de todo el interior del país el primer idioma es el indígena de la región, después el español”, aseguró la entrevistada; agregando también que los colegios cuentan con horas-materias destinadas al estudio del pasado cultural indígena prehispánico, y demás horas de clase dedicadas a la historia nacional, relegando lo internacional. “Cualquier persona (hasta quien es analfabeta) tiene un manejo de la historia prehispánica impresionante; esto responde a que todos tienen algún familiar que pertenece a una determinada etnia, y que por tradición oral transmite las historias. Los mexicanos conocen de geografía, paleontología, arqueología, de costumbres, creencia y mitos indígenas”, aseguró la licenciada.

Entre luchas y ataduras

La economía mexicana, en desavenencia con los eternos altercados anticolonialistas, se mantiene inmiscuida en una insuperable red de restricciones. Y es que esta Nación, a partir del convenio firmado con Estados Unidos –NAFTA- mantiene relaciones muy exclusivas con los demás países americanos y con la Unión Europea. “Norteamérica determina el precio y el tipo de producto que se puede comprar o exportar”, aseveró la especialista.

En medio de un gran avance económico e internacional que tiene como protagonista a gran parte de América Latina ¿Qué expectaciones tiene México acerca del MERCOSUR?

La sociedad azteca pensó que podía integrarse al MERCOSUR; existieron hablados sobre una integración de América Latina que integrara a los países del norte, y Estados Unidos no lo permitió. No hay forma de romper con el NAFTA; y en realidad el único conforme con este tratado económico es el Gobierno. Los precios de los productos básicos son altos y de existir casos de contaminación (como ocurrió hace unos meses) desaparecen del mercado determinados artículos.

¿Cómo se explica esta relación de colonialismo por parte de EEUU hacia un país que tanto luchó por su independencia?
Antes de la revolución independentista, algunas presidencias duraron hasta 30 años. Llegado el cambio, surgió el problema de la tenencia de las tierras -lo cual aún no hoy no se ha resuelto-, donde se robaron tierras a los indígenas jamás devueltas. La sociedad poco a poco tomó conciencia de esto y luchó en consecuencia; se trata de un grupo llamado “ejidatarios”, ellos toman tierras que consideran propias, se instalan allí y no hay manera de sacarlos, son bastante facinerosos.

La otra forma de lucha es paradigmática, corresponde a una parte de la sociedad más culta que no comprende -y mucho menos practica- la protesta callejera. Son muy pacientes, aguantadores, lo cual es paradigmático respecto al pasado revolucionario que les pertenece. A finales del 2006 le dictaron acta de formal prisión al Presidente que gobernaba en 1986, cuando ocurrió una gran matanza a estudiantes en una plaza pública, y los mexicanos salieron a la calle a decir “por fin”.

La nueva Gran Muralla

En un contexto explosivo de emigración mexicana hacia Estados Unidos, el gobierno de Bush decidió, deliberadamente, crear una pavorosa muralla que no tiene otro paralelo que el malquisto Muro de Berlín.
Axiomáticamente, la respuesta azteca no fue de aplausos y regocijo, sino más bien lo opuesto. “La gente está bastante enojada, sobre todo con el Gobierno de (Vicente) Fox -ex Presidente de México- porque siente que fue un esbirro, un sujeto totalmente majado por los EEUU”, dijo Carranza Salvay, “la policía fronteriza del lado de Estados Unidos es una zona militarizada que da vergüenza, y genera resentimiento en el pueblo mexicano”, dogmatizó; agregando que se presentaron descargos a nivel internacional sin repuestas, porque el Gobierno alegaba que podía ser “políticamente perjudicial” en la relación bilateral con EEUU.
Por Emiliana Felizzia

No hay comentarios: