Para recibir a los cientos de interesados en el diseño, la creatividad y el arte, el salón principal de Jockey Club Córdoba se mostró de lo más llamativo: vanguardia, estética rústica, arte minimalista y diseños industriales, vistieron de color aquellos pasillos antiguos. Y es que en cuanto a diseño no hay esquema que alcance, y la imaginación se hizo tangible en decenas de productos (en su mayoría artesanales) que satisficieron gustos de lo más variados.
En los parques de entrada al predio, la vanguardia fue la encargada de dar el gran saludo de bienvenida a los presentes. Con formas vivas y abstractas, y colores puros, el verde del césped cedió su espacio al shock de la presentación. A lo que, paradójicamente, se sumó la indestructible estética rústica, que siempre gusta y se impone en diseños de exteriores.
En el interior del magnífico castillo, la línea vanguardista siguió su curso y en manos de “puteríos marionescos” el hall de entrada se vio repleta de marionetas vestidas de rojo, negro y blanco, bajo una evidente tópica de cabaret. Y eso fue sólo el comienzo de una muestra sin precedentes en nuestra provincia.
Un detalle muy particular fue la labor de un conocido dibujante de caricaturas que se encargó de retratar a los acérrimos visitantes, que visitaron por horas la muestra durante los cuatro días. Y siguiendo el recorrido, espejos de colores, cuadros, diseños de exóticos mobiliarios, y accesorios femeninos artesanales y creativos, se expusieron en el primer piso del salón.
El segundo piso del castillo, así como el tercero, fueron cede de artículos más convencionales, empero con un agregado: todos los diseños distaban de ser los corrientes. Muebles, accesorios para el hogar y objetos de cocina realizados con materiales poco vistos -como bambú, madera trabajada con acero, plástico, acrílico, entre otros- y con formas de lo más atractivas e interesantes; todo esto sin perder la funcionalidad necesaria para hacer uso de estos productos. Y como siempre, la ropa de mujer tuvo su espacio, con muestras en cuero, geniales texturas, y exposiciones de ropa interior (poco comedidas, pero muy sensuales); otorgando a ellas su rincón para el deleite.
La práctica hecha teoría
En una carpa separada del salón principal, se daba cita a las clásicas (y tan necesarias) conferencias, a las cuales podía asistir cualquier persona interesada -y acreditada- para conocer más sobre el mundo de las formas y las ideas. Este espacio era quizá el más internacional de evento, ya que conocidos creativos de Latinoamérica participaron para demostrar que no es ni tan lejano, ni tan inútil, el mundo de diseño.
Y si bien lo tangible ya demostraba lo fascinantes que resultan ser las personas dedicadas a renovar, embellecer y funcionarizar el mundo material, este espacio para las palabras fue simplemente el lugar ideal para echar rienda suelta a la imaginación y conocer sobre nuevas opciones en cuanto a diseños.
Así, pasaron centenares de creativos locales y extranjeros para demostrar que existe un mundo por conocer apasionante y abierto para todos: el mundo de la creatividad, el universo del diseño.
Por Emiliana Felizzia
No hay comentarios:
Publicar un comentario