domingo, 21 de octubre de 2007

El portal de Belén

Tantos sueños y ansias plasmados en un solo ser deberían ser motivo únicamente de alegría, pero existen situaciones que estropean la espera y se ensañan con despertar lo peor de la naturaleza humana. Madres solas, familias maltratadas, desolación y angustia, son algunos de los fantasmas que el Portal de Belén busca quebrantar. Tras dieciséis años de acción y reacción, decenas de personas dedicadas a la ayuda reconocen una luz entre tanta penumbra.

“El Portal de Belén es una asociación civil sin fines de lucro que el primero de septiembre cumplió 16 años, y las personas que lo crearon están comprometidas desde hace tiempo con la defensa y promoción de la vida”. Así definió Magdalena García –colaboradora activa del proyecto- al hogar cordobés que lucha contra el aborto desde hace casi dos décadas.


El Portal hospeda a mujeres en situación de riesgo por un tiempo que –formalmente- no supera los seis meses, aunque en los hechos hay madres que viven allí por años; lo fundamental en este proceso de contención es la reinserción social de la madre, evitando el asistencialismo y procurando una dignificación de la persona. Es por esto que brindan no sólo un hogar, alimentación, vestimenta y contención psicológica, sino que se encargan de la educación de los niños, la recomposición familiar, y la promoción laboral.

Si bien mucha gente se pregunta si se trata de una asociación religiosa, la realidad es que no lo es: “el presidente es católico, pero la vicepresidente es evangélica; y más allá de la motivación interna que cada uno tenga, el objetivo común de todos los que trabajan en el Portal es la defensa y promoción de la vida”, afirmó la entrevistada.

Los objetivos del portal son claramente dos: promover la defensa de la vida de los niños por nacer, con el respaldo moral de las personas que están en permanente apoyo social; y preservar el vínculo biológico de las madres con sus hijos. Y esto último es lo que diferencia a ésta de otras instituciones que cuidan de menores en riesgo.

Hay cuarenta menores y 18 madres distribuidos en cinco casas, y cada hogar cuenta con un encargado general que advierte las problemáticas y trata de buscar ayuda profesional si es necesario. Sin embargo, la asistencia de este tipo no es dada por expertos que se identifican con el hogar, para asegurar la continuidad de esta ayuda más allá de la estadía en el hogar. Es por eso que el Portal trabaja en red con Maternidad, el Hospital de Niños, colegios, y otros hogares e institutos, para encontrar una verdadera salida para los casos más complejos.

Altruismo desde abajo

Las personas que crearon el Portal de Belén trabajan desde hace años en villas miserias asistiendo a la mujer embarazada, ya sea en contención psicológica o desde las mismas cooperativas de los barrios más humildes, de una forma poco organizada pero con una motivación muy fuerte: la defensa de la vida.


Como avance en el compromiso asumido, quisieron dar una respuesta más concreta a la sociedad sin quedarse en el esquema teórico de “estar en contra del aborto”. Y así crearon de forma progresiva hogares -que actualmente suman cinco.

Al principio los hogares eran sólo para mujeres embarazadas, a las que se daba contención psicológica, afectiva, y económica, para evitar los abortos. Y, como la situación económica y social desbordó todo esquema previsto, el Portal comenzó a asistir a mujeres no embarazadas pero que vivían en la calle o solas con sus hijos. Entonces dejó de ser una institución para la mujer embarazada, para ampliar su radio de acción a la mujer en situación de conflicto. Situaciones de violencia familiar, de violación, de ejercicio de la prostitución, de drogadicción, carencias de hogar y familia, son algunas de las calamidades por las que se lucha en los Hogares de Belén.

El valor de la responsabilidad


Algo muy interesante en la propuesta del Portal de Belén es la idea de ayudar a las madres a superarse y dignificarse como tales. Así, crearon micro-emprendimientos con el único objetivo de enaltecer el valor del trabajo, el esfuerzo propio, la labor en equipo, y generar un oficio en las madres para que cuando salgan del Portal tengan una fuente laboral. Y el valor del trabajo no es algo menor en mujeres que llegan al Portal huyendo; que viven en contextos de conflicto permanente y son víctimas de violencia, sometimiento, abuso, y descalificación continua; para encontrar en los hogares tranquilidad, armonía, y seguridad.

De eso no se habla


La sexualidad es un tema conexo a esta lucha por la vida, ya que normalmente se responde con educación sexual como una forma de prevenir. Pero ¿Qué tipo de educación es la necesaria para acabar con este problema? ¿A qué se llama educación sexual? “Si se trata de repartir preservativos y fármacos, yo te digo que no funciona”, aseveró Magdalena. “Nos pasa mucho la reincidencia de mamás que a cuatro años de haberse ido del Portal tienen el doble de hijos; y puntualmente les preguntamos por qué no se cuidan, no sólo por el embarazo sino por las enfermedades. Y si hay algo que me ha llamado la atención es que tienen un sentido totalmente paradójico de las cosas”, concluyó.


Es que la propuesta única del Estado es una educación sexual basada en la repartición de preservativos y fármacos, lo que quizá sólo disocia la sexualidad; por esto es necesaria una educación más profunda, que apele a la formación de valores, de la dignidad, la responsabilidad, y la autoestima. Así como lo define la colaboradora del Portal, aunque el Estado reparta preservativos y pastillas en dispensarios, universidades y escuelas, no son usados y es allí donde se torna indiscutible la necesidad determinar un esquema de proyectos y valores.

¿Cómo colaborar con el Portal?
Entrá a
www.elportaldebelen.ec o llamá al 4974817. Tu ayuda les ayuda

Por Emiliana Felizzia

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