jueves, 10 de enero de 2008

La lucha de los médicos Argentinos

En la salud y en la enfermedad


La medicina es una de las profesiones que más respeto genera en la sociedad. Cabe entonces preguntarse si consideramos que en la sociedad están incluidos los gobernantes e instituciones que tienen el deber de hacer que el respeto se traduzca en salarios justos. La salud es unos de los valores – si no “el” valor- que encabeza la escala de los más necesarios para la especie humana; cabe entonces preguntarse si el gobierno o instituciones consideran que nuestra comunidad se incluye dentro de la especie que necesita de gozar de ella.

Argentina hoy da la nota una vez más. Y Córdoba se esfuerza por que ésta nota se haga más disonante. Los médicos de nuestro país se encuentran en las trincheras, luchando no para vencer, sino para que no haya vencidos. La precariedad de las condiciones laborales a las que se enfrentan y lo lamentable del estado de los hospitales públicos, obligan a los ciudadanos a rever cómo aliarse a este bando que no hace más que reclamar lo que es justo.

Pequeñas metas alcanzadas, kilómetros por recorrer…


El último gran avance en la provincia se logró cuando se incorporaron médicos a través de concurso en la categoría de Médicos de planta permanente; puesto que permite a estos profesionales como a cualquier otro, tomarse vacaciones, cobrar aguinaldos, pedir carpeta médica y -entre otras cosas- recibir los aportes correspondientes a su labor. Pero lo que no se sabe- o por lo menos no se divulga- es que la mayoría de los médicos incorporados tenían años de antigüedad en nosocomios y durante ese tiempo no solo no gozaron de estos derechos y fueron sometidos al salario irrisorio, sino que además las condiciones edilicias y de equipamiento en los lugares donde trabajaron, distaron mucho de ser óptimas.


El doctor Eduardo Maturano, Doctor en Medicina y Cirugía y Docente del Instituto Virológico en la Facultad de Ciencias Medicas, explicó que hay varios escenarios posibles para la salud y lo interesante es que al antagonismo histórico de trabajadores/ dirigentes, se suma un nuevo jugador que agranda la brecha entre ambos: los grupos de medicina privada. Así se opone este tercero en discordia -que muchas veces en condescendiente con el gobierno de turno- a la medicina hospitalaria, que ha quedado atrás en relación al crecimiento del monopolio de la salud. “Ahora hay sectores bien agrupados, cuya encarnación más clara y conocida es el “grupo Jaimovich”, que representan la parte más importante de mercado a nivel privado y a su vez tiene intereses aceitados con el estado. Precisamente su crecimiento se debe a convenios que ha realizado con el Estado tanto a nivel provincial como nacional conformando redes para obras sociales nacionales como PAMI y provinciales como IPAM, lo que ha significado llegar a tener un control casi excluyente “declaró el Doctor.

Sin embargo, en los últimos tiempos la lucha se ha hecho más candente, y el conflicto en la provincia provocó que el Ministro de salud Roberto Chuit -luego de una ardua pelea para salir de la precariedad laboral- estableciera médicos en calidad de planta permanente. De acuerdo al especialista, una vez logrado esto “se desató una pelea importante por el salario, y más tardíamente una comprensión de que la pelea no es solo por el salario sino por el presupuesto que destina el estado al mantenimiento de los hospitales, la calidad de atención y la gratuidad de la misma, aunque es cierto que existe desde los 90 una tendencia a la auto-gestión como en el caso del Hospital de Clínicas y la maternidad”.

Muchas caras de una misma moneda


Es que al hablar de precariedad laboral sólo se toca una de las aristas de un problema cuya estructura es mucho más compleja. Es de conocimiento común que los centros de atención médica pública están en franco deterioro. Conseguir medicación, aparatología que funcione adecuadamente, turnos para consultas u operaciones, se hace cada vez más dificultoso – y peligroso- para quienes no acceden a una obra social privada. Así el círculo se completa y vuelve empezar haciendo que la enfermedad tanto orgánica como social de la dejadez de la medicina se expanda como epidemia.

Al respecto, el Dr. Moisés David Dib -Medico Cirujano y Especialista en Medicina Legal- agregó que no sólo la salud es un sector postergado, sino que además la educación entra en esa lista, lo que hace que la combinación sea agravante de la crisis social que cruza la Argentina de hoy. “La lucha que llevan adelante los docentes universitarios que es por salario y es por presupuesto, no es distinta de la lucha que lleva el sector de la salud pública. El déficit de estos últimos años en los sucesivos gobiernos ha agrandado el fuerte sesgo de des- inversión en la educación, que es la madre de todos los conflictos”.


Además los doctores miembros de la Junta Ejecutiva de ADIUC, hicieron explícita su preocupación entre el defasaje producido en la currícula que plantea la Facultad de Medicina para sus estudiantes, y la práctica real de los recibidos. Con el título conseguido, los egresados ven difícil su inserción laboral y sufren explotaciones por parte de hospitales públicos y clínicas privadas. Por ello luego de la obtención de su título deben realizar perfeccionamiento en Post- grados y maestrías - rentadas- lo que reduce las posibilidades de continuar con su capacitación. Así “el resultado final es que los apenas recibidos trabajan en condiciones poco óptimas para el desempeño laboral; lo que genera una camada de médicos que a la gente no le sirve. Sirve a un sistema que tampoco contiene a todos. Entonces los profesionales jóvenes no es que no sepan mucho, sino que saben, pero no pueden adaptar sus conocimientos a un sistema que no esta preparado para ellos” aseveró el Dr. Maturano. En relación a lo mismo, el Secretario General de ADIUC afirmó que esta falta de coincidencia entre carreras y ejercicio de la profesión es un problema importante porque no sólo se da en Medicina, sino en todas las carreras en general.

La salud en el horizonte


El recambio de autoridades en el país genera expectativas de progreso en este sector tan castigado y postergado. En esa línea, David Dib afirmó que “no está claro ni el proyecto de educación que el país necesita, y tampoco está claro cual es el modelo de salud que debe aplicarse. Así existen muchos casos de falta de recursos, y otras veces hay recursos muy mal aprovechados. Los médicos hoy están en los peores niveles salariales de la historia, y comparado con el resto de los profesionales, son los más bajos que existen”.

En el caso de Córdoba no se cree que se planteen nuevas estrategias en lo referido a esta cuestión, sino que se seguirá con el lineamiento de la última parte de la gestión de De la Sota. A Nivel nacional con el cambio de ministro de salud y se puede esperar algún debate sobre ciertos puntos, y en relación a ello el doctor confirmó “La presidenta electa ha afirmado que habrá mayor inversión en educación y salud, pero también hubo una decisión del presidente saliente sobre esto, y en la práctica no se concretó. Si se puede creer en las promesas quizás hay alguna perspectiva, pero por ahora parece muy difícil que cambie la situación de la salud”

En conclusión esta batalla que se inició en contra de la las condiciones precarias de trabajo y que tuvo como triunfador al movimiento sindical, fue mutando para conseguir una mejora salarial y en la actualidad va encaminándose hacia una nueva contienda por aumento de presupuesto. En relación a lo anterior esto declaró el Dr. Dib: “es posible y esperable que cuando se explicite que el triunfo de la lucha será beneficioso para toda la comunidad, en los próximos tiempos se den movimientos ascendentes en la lucha de la salud, por lo que vamos a un episodio de conflictos que definirá para que lado juega el gobierno”.

Por Ma.Guadalupe Zamar

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