domingo, 24 de junio de 2007

Nota de tapa

Los ciudadanos de Esquel libran, desde hace 5 años, una ardua lucha para evitar que una empresa multinacional arrase con el ecosistema, con la economía, y con la vida de su región. Tras lograr, mediante un victorioso plebiscito y un amparo ambiental, paralizar a la empresa, fueron demandados por la multinacional por difundir sus espurias maniobras de manipulación.

Los gritos de Esquel no logran hacerse oír en el resto del país. Y no precisamente por la distancia. Es que, con perseverancia, y contra sobornos y pseudo-especialistas que intentan apaciguar las inquietudes, el pueblo “no se vende” y se resiste a transigir en una lucha dispar. La Asamblea No a la Mina lleva adelante, desde 2002, una lucha contra Meridian Gold, una empresa transnacional canadiense que compró el proyecto para explotar una mina a cielo abierto en Esquel, (Chubut). En una entrevista con DELTA, Matías Carelli, integrante de la asamblea, explicó: “Meridian Gold llega comprando la empresa que ahora tiene como subsidiaria, El Desquite, a fines de los 90 o principios del 2000. Los enormes beneficios fiscales y la desprotección ambiental de las leyes dictadas en la época de Menem son el marco jurídico ideal para que estas empresas operen con impunidad en todos los ámbitos”, expresó.

El problema

La explotación minera, hoy, difiere radicalmente de aquella que veíamos en las películas: Las galerías, en las que trabajaban mineros con pico y pala, cedieron paso a grandes explosiones de rocas, millones de litros de agua y compuestos de ácidos -utilizados para separar los minerales- que contienen sustancias como cianuro y arsénico. Matías Carelli explicó a DELTA: “La Minería de Oro a gran escala implica utilizar enormes cantidades de tóxicos, de los cuales el más conocido -pero no el único- es el Cianuro. Además, el modo "a Cielo Abierto", provoca, entre otras consecuencias, los denominados "Drenajes ácidos de Mina" (sobre todo en zonas como ésta), que son el producto de la exposición a roca viva del gigantesco socavón que necesita este tipo de explotación. El uso de tóxicos de todo tipo y los drenajes ácidos pueden contaminar el suelo y el aire, pero fundamentalmente, grandes cantidades de agua, dado el gran uso que demanda este tipo de explotaciones”. Asimismo, Carina Díaz Moreno, vecina de Famatina (La Rioja) -donde la multinacional Barrick Gold emprende otro proyecto minero- manifestó: "En lugar del socavón, ahora vuelan las montañas con dinamita, muelen la tierra, separan los metales con cianuro o con ácidos y tremendas cantidades de agua. En Famatina calculaban que iban a usar 1.000 litros por segundo. Así separan el metal y el resto es lo que llaman 'material estéril'. Ese material estéril es nuestra montaña destruida, que drena cianuro durante miles de años y contamina todo, después de habernos dejado, de paso, sin agua”, expresó la docente en una entrevista con la agencia La Vaca.

Los inicios

Los vecinos esquelenses comenzaron a imbuirse en el tema, a medida que se abría paso la sospecha. “La gente se empezó a informar, el gobierno tuvo que traer gente para dar charlas, para informar de qué se trataba el proyecto, pero siempre se presentaba como un hecho que se hacía sí o sí, y nosotros como ciudadanos nos empezamos a dar cuenta de eso, de por qué presentar algo como un hecho consumado”, relató Gustavo Macayo, integrante de la Asamblea, a Prensa de Frente. Así, entre reuniones cada vez más numerosas, se formó la Asamblea de Vecinos Autoconvocados. “Los cientos de vecinos que participamos en la asamblea, al buscar información seria sobre este tema, descubrimos las consecuencias negativas tanto en lo ambiental, económico y social (información deliberadamente ocultada por el Gobierno y la Multinacional) que produciría la instalación de la Mina”, apuntó Carelli.


Paralelamente, en lo que se constituyó como una “guerra por el conocimiento”, el Gobernador, el Intendente, y la minera comenzaron a dar charlas en las escuelas, y editar folletos y material educativo para los niños, en los que se “informaba” sobre los beneficios y la bonanza que la minera implicaba.

El plebiscito

Luego de numerosas charlas y reuniones, la Asamblea pasó de las palabras a la acción: movilizaciones, marchas, escraches, y pedidos de informe. Gustavo Macayo relató que mediante un recurso de amparo presentado el 16 de diciembre 2002, con sentencia favorable para los vecinos, se logró paralizar el emprendimiento. Más adelante, el 23 de marzo de 2003 la asamblea propuso un plebiscito, que, con una participación del 75 por ciento de los ciudadanos, y a pesar de los asados, zapatillas y regalos que ofreció la empresa para convencer a la gente, arrojó un resultado más que contundente: El 81 por ciento dijo No a la Mina. “El plebiscito fue una gesta propia del movimiento de vecinos. Tanto el Intendente como la mayoría de los concejales se negaban a llamar a elecciones o amenazaban con el veto; la enorme movilización social los convenció de que el pedido de plebiscito por parte del pueblo debía llevarse a cabo. Pero hasta último momento especularon con ignorar a la movilización: Éramos 30 mil habitantes entonces, había 5 mil o 6 mil personas en la calle (algo así como si en Capital Federal hubiera una movilización de un millón de personas) y se atrevían a decir que el No a la mina no representaba el sentir popular”, puntualizó Carelli. El integrante de la asamblea también relató que, debido a la exigencia y movilización, se consiguió que el municipio dicte una ordenanza de prohibición del cianuro en minería, que inclusive fue redactada por vecinos especialistas. “La mayoría de los concejales actuaban como si estuvieran muy comprometidos con la Empresa Minera, incluso después del contundente plebiscito”, manifestó.

Asimismo, el 17 de abril la Corte Suprema de la Nación dejó firme un amparo ambiental dictado en junio del 2003 por el Juez local Claudio Petris. El asambleísta esquelense explicó a DELTA que dicho amparo deja claro, que en materia ambiental, la empresa no cumplió la ley -la por entonces ley 4032, derogada ahora por el Gobierno Provincial para favorecer a las Mineras- que establecía que debía hacerse un estudio de impacto ambiental y Audiencia pública para la exploración -fase anterior a explotación-. “La empresa no lo hizo, y la Corte Suprema establece que debe cumplirse eso si se quieren retomar los trabajos. Hasta ese entonces, están paralizados. Aunque es también digno de mencionar que la empresa ya ha violado el amparo y ha motivado investigaciones judiciales”, expresó. Sin embargo, un comunicado de la asamblea afirma, que a pesar del fallo en su contra, la minera anunció, desde su sede en Estados Unidos que ‘no tenemos planes de abandonar el proyecto’, según informó la agencia Reuters.

Las represalias

Los evidentes resultados que lograba la asamblea no tardaron en suscitar respuestas: Se realizaron varias amenazas y de todo tipo, inclusive algunas con armas de fuego, según afirmó Carelli. “Las denuncias llegan a unas 40 -aclaró-. Esquel es un pueblo chico y sabemos de dónde provenían. La empresa en su momento habría traído unos parapoliciales chilenos, y en la actualidad tendría contratados a ex-miembros de las fuerzas de Seguridad en la época de la dictadura”. Si bien los autores de las amenazas no siempre fueron identificados, el integrante de la asamblea relató que en una ocasión salió en TV, “era una patota de la UOCRA, en este caso funcional al Gobierno y mandada por él a que nos peguen”, afirmó.

Dar vuelta a la comunidad

Seis meses después del rotundo No a la mina de los vecinos, Meridian Gold organizó en hotel Crowne Plaza de Buenos Aires una reunión con el objetivo de “dar vuelta a la comunidad", según lo expresó Juan Carlos Malagoli, representante de la agencia de publicidad contratada por Meridian Gold, Braga Menéndez y Asociados, en la misma reunión. Así, se planificó la realización de encuestas para diagnosticar a la población, y encontrar "el punto de quiebre entre aquel que le importa más la ecología, aunque se muera de hambre, y aquel que le importa más el dinero, como un eje absurdo y exagerado. Es decir, cuántos son esos en Esquel". El problema es que los audios de dicha reunión fueron grabados y llegaron a las manos de los vecinos asambleístas. A partír de allí, Meridian Gold demandó a la asamblea por la difusión de las conversaciones. “En aquella reunión, ellos planean, entre otras cosas, cómo ‘dar vuelta a la comunidad de Esquel’, a qué funcionarios del Gobierno Nacional y Provincial ‘informar’ y qué ONGs utilizar para ‘lavar la cara’ al proyecto Cordón Esquel. Lo Tragicómico de esto es que con la demanda, la Empresa admite sus métodos”, aseveró Matías Carelli.

Aunar las voces

La lucha contra la explotación minera, lejos de ser exclusiva de Esquel, hoy palpita en muchas provincias, como Catamarca, La Rioja, Tucumán, San Juan, Mendoza, y Río Negro. Y las asambleas comienzan a articularse. Javier Rodríguez Pardo, miembro de la Red Nacional de acción ecologista (RENACE) afirmó en una conferencia que dio en la Universidad Nacional de Córdoba: “En Esquel nos pasó que mirábamos hacia otro lado, y de pronto veíamos que quedaba minimizado en conflicto. Entonces decidimos ‘solos no salimos’, nos dimos cuenta de que en Chile también llevaban adelante una lucha, porque se dieron cuenta de que se quedan sin el cobre y sin el dinero. Allí -relató-, la empresa Barrick Gold, después de haber explotado El Indio, cerró la mina, y no pagó un sólo impuesto, declararon que no tuvieron ganancias”.


Por Valentina Primo

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