lunes, 15 de octubre de 2007

Literatura

Posicionada como una mujer fuerte y liberal, Alfonsina Storni tuvo una vida dura y sacrificada que terminó trágicamente, cuyas vivencias y tragedias reflejó en sus poemas.

En 1891 nace en suiza Alfonsina Storni, una de las poetizas más reconocidas de nuestro país. En 1896 regresa con su familia al país, y se instala en San Juan. Desde pequeña encontró la pasión que movilizaría su vida, y que le daría sentido: la poesía. Allí, con sólo cuatro años comienza a plasmar sus experiencias. A lo largo de su vida reflejó en sus poemas sus vivencias hasta el día de su muerte.

Galardonada con numerosos premios y reconocimientos, su poesía intenta reflejar la vida desde una mirada más realista y amorosa, ligada a la temática
feminista. En 1907 los Storni se instalan en Rosario, la familia no pasaba por una buena situación económica. Con su madre Paulina a la cabeza de la familia, las mujeres comienzan a trabajar como costureras. Ese mismo año llega a la ciudad una compañía teatral y Alfonsina reemplaza, gracias a una serie de casualidades, a una de las actrices, comenzando así una corta carrera como actriz recorriendo la provincia. Al regresar de la gira, escribe su primera obra teatral.

Una vez finalizada la gira, Alfonsina se recibe como maestra rural y gana un lugar sobresaliente en la comunidad escolar, consiguiendo un puesto de maestra y vinculándose con dos revistas literarias: Mundo Rosarino, y Monos y Monadas. Allí aparecen sus poemas durante todo ese año. Sin embargo, la neurosis que la afectaba la alejó de las aulas.

En 1911 nace su único hijo, de padre desconocido. Esta situación la colocó en la opinión pública como una mujer liberal y en contra del “sistema”. En 1938 se suicida su amigo, el escritor Horacio Quiroga. La escritora le dedica un poema en su honor, en el cual expresa -en versos conmovedores que presagian su propio final-“Morir como tú, Horacio, en tus cabales, y así como en tus cuentos, no está mal; Un rayo a tiempo y se acabó la feria…Allá dirán. Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte, que a las espaldas va. Bebiste bien, que luego sonreías… Allá dirán. El final”.

Su último libro fue publicado en 1938, una antología de sus poemas favoritos. Hacia mediados de ese año viajo a Mar del Plata y allí en la playa La Perla, tras la muerte de su amigo, sola y aquejada de cáncer, se suicidó adentrándose en el mar, donde actualmente se erige un monumento recordando esta tragedia.

Antes de suicidarse envió su último poema al diario, en el que se despedía de su hijo, que fue publicado ese mismo día en su honor.

Alguna de sus obras: La inquietud del rosal (1916), El dulce daño (1918), Irremediablemente 1919, Languidez 1920, Ocre 1925, Poemas de amor 1926, El amo del mundo: comedia en tres actos 1927, Mundo de siete pozos 1934, Mascarilla y trébol 1938, Antología poética 1938.



Por Georgina Catalano

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Delta cada vez sale mejor!!!!

Emma dijo...

Lei con gusto tu articulo Georgina y ahora que encontre el sitio (que ya ha sido agregado a la lista de favoritos) seguire leyendo fielmente las proximas ediciones.

Muy buen trabajo! Estoy orgullosa de mi sobrina!