viernes, 7 de noviembre de 2008

Entrevista a Crist


Recorridos por lo cotidiano anclados en el humor, que nos identifican muchas veces más que los datos firmados por profesionales, son parte de la tarea diaria de un cordobés por adopción que genera la necesidad, casi como un pretexto, de fugarnos hacia una comprensión más relajada de la realidad, pero no por eso menos reflexiva. Cristóbal Reynoso, reconocido bajo el pseudónimo de Crist, es quien mejor entiende de esta ardua labor de hacer reír en un diario, un lugar desde el que pocos lo lograrían.

En una charla relajada con Delta, responde las preguntas más frecuentes: ¿Sobre qué se puede hacer humor? ¿Cómo se adapta a los nuevos tiempos? ¿Dónde quedaron las entrañables historietas? Preguntas que se mezclan con anécdotas y secretos de un grande del humor nacional.

Hace 36 años pocos habrían imaginado que una revista cargada de ironía y con una editorial “irreprochable”, como lo distinguía su director, sería el preámbulo profesional de los mayores humoristas gráficos de nuestro país. Así nació Hortensia, la revista que hizo pensar entre risas a una sociedad poco acostumbrada a reflexionar desde el humor. “Todos salimos de Hortensia”, afirma Cristóbal Reynoso cuando la inevitable lista de personalidades del humor gráfico se hizo presente: Fontanarrosa, Caloi, Alberto Pío Cognini, Peiró, Carlos Ortiz, y el mismo Crist.

Por eso me acerco a su casa, para comprender lo menos perceptible de su superación, el trabajo que demanda y las huellas que deja. Y resultó ser lo esperado: un lugar en el cual es imposible abstraerse de la importancia de los dibujos. Cuadros y más cuadros decoran las habitaciones principales con las firmas de los más reconocidos dibujantes y caricaturistas. Pero Carlos Alonso tiene un espacio privilegiado: sobre un hogar -evidentemente sin uso- un marco color negro encuadra un dibujo realizado en 1980, con colores sobresalientes, y líneas sensibles y expresivas, que tuvo como único y privilegiado destinatario a Crist, un amante más del arte y sus significados.

Y Crist es eso, un símbolo de la búsqueda permanente, un amante de todo y a la vez de nada. Un “caricaturista”, que asegura que lee pero no es Borges, y que afirma que dibuja pero no es artista.

-Ha afirmado en otras entrevistas que usted es un dibujante, no un artista ¿Cuál es la diferencia?

Cuando yo dibujo, la práctica pasa por otro conducto de la sensibilidad del cerebro, por otra zona; en al arte se trabaja con un problema estético con determinadas reglas o juegos, acá estamos trabajando con información que tiene que tener una dosis de ingenio, por eso prácticamente estás trabajando como un escritor.

El humor gráfico como definición es un género literario, tenga texto o no lo tenga, porque estás trabajando con un argumento. Esto no pertenece a las artes plásticas; la plástica no tiene argumento o el argumento que tiene es diferente, no se narra, se ven sólo imágenes, uno tiene que deducir mucho. En cambio en el humor es necesario ser explícito.

-¿Y qué es el humor para Cristóbal?

Es un medio de vida para Cristóbal, porque trabajo de “eso”, es lo que me da de comer. Tengo varias actividades, y ahora me ha salido una que no tenía calculada: donde no tengo que dibujar. Me han convocado del Ministerio de Educación de la Nación porque han inventado un programa que se llama Plan Lectura, donde han invitado a escritores, educadores, y también a mí; yo digo “debe haber estado muy mal la educación en el país si invitan a un tipo como yo”.

He visitado Escuelas en varias partes del país, y he hablado con chicos de colegios secundarios, donde cuento qué hago, cómo se trabaja en el diario y qué relación he tenido con la lectura, porque soy un lector. No sé si convencí a alguno, porque en esta época la gente no quiere leer porque hay otras propuestas, y hay que competir con la tecnología. Yo entiendo que leer es un trabajo, hay que prestar mucha atención, y nadie puede obligar a otro a leer. Leer es un hábito, y como los malos y buenos hábitos, se aprende por imitación, es decir que alguien tiene que leer en la casa, tiene que haber libros.

-¿Usted lee mucho?
Y… leo. No soy Borges. Para hacer humor es necesario informarse. Pero me gusta leer.

-Y en esta adaptación a los nuevos tiempos ¿Cómo se adapta el humor? ¿O no hay adaptación?
No, el humor es crítico, no se adapta. Porque sino no se produce el chiste. Fontanarrosa decía que no puede hacer humor a favor, y tenia razón. Si uno hace humor a favor está haciendo publicidad. El humor naturalmente es crítico, pero es una crítica bastante leve, nunca volteamos un Gobierno.

-¿Usted siempre pudo ubicarse en un lugar crítico, o hubo veces que no pudo?

No, tampoco soy un especialista en humor político, yo trabajo con la realidad. Si yo abro el diario, a mi la información no me va a venir solamente por la primera plana -que es con lo que más trabajo porque están los principales titulares-. Puedo trabajar hasta con los clasificados, porque si se hace un humor costumbrista eso se va a buscar en otras partes, hasta en los avisos y en espectáculos. Material hay mucho para trabajar, pero lo que espera la gente es una respuesta a lo que más le interesa; a eso lo aprendí con el tiempo después de trabajar 35 años en Clarín. Cuando empecé eran mucho más ingenuos mis dibujos, eran más inocentes. Ahora trabajo así, como si fuera otro periodista y con alguna salida más o menos ingeniosa.

-En esta crítica constante ¿Existe una línea editorial en Clarín para el humor gráfico?

No, publican lo que mando; pero yo sé después de 35 años en el diario hasta dónde me va a publicar Clarín. Muchas veces me preguntan cuál es el límite, y yo digo el sentido común. Uno puede tener la libertad de que se te ocurra lo que te dé la gana porque el mate todavía es libro, no podés generar tu propia cárcel. Ahora, al saber cuáles son los límites del diario, no es que hago una auto-censura (que a veces ocurre) sino que uno sabe que el diario llega hasta ahí, y a veces yo lo quiero pasar y me hago el que me olvidé y lo mando, y no sale. Y hay veces que pasan ¡pero se arman unos líos! Escriben los lectores, dando explicaciones antojadizas, que no tienen que ver con lo que quise decir; y ahí descubro que no acerté completamente. Cuando hay un acierto concreto, no hay dudas.

-Entre los íconos del humor gráfico en Argentina, ¿Qué diferenciaba a Fontanarrosa de Quino?
El Negro era un tipo múltiple, era un artista tremendo. A parte de escribir, era un dibujante muy personal (él decía que no sabía dibujar, pero esos son coqueterías de los artistas). La diferencia es que Quino era una inteligencia al servicio del humor, y Fontanarrosa era del humor, pero más integral. El Negro escribía novelas, novelas de teatro, guiones para Les Luthiers, hacía historietas e infinidades de cosas; era un tipo con unas antenas tremendas, una enorme producción. Quino no lo tuvo, por más que trabajaba mucho.

-¿Y Caloi?

El Negro ese el tercer mosquetero.


Por Emiliana Felizzia

Ley por los derechos indígenas

Una deuda CONSTITUCIONAL


El 13 de septiembre de 2007, Argentina fue el único país que se abstuvo de votar cuando la 107º Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración Universal sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Hoy, tras el impulso del diputado santafesino Pablo Zancada, se discute el proyecto en la Cámara de Diputados para transformarlo en ley. En una entrevista con Delta, Zancada explica la importancia de esta declaración.

El diputado socialista Pablo Zancada presentó un proyecto para cumplir lo que considera una “deuda constitucional” con los pueblos aborígenes. Se trata de una ley respaldada incluso por el premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, orientada a mitigar una situación de extrema vulnerabilidad que las propias comunidades denominan “emergencia humanitaria”.

¿Qué derechos reconoce este proyecto a los pueblos originarios?

Este instrumento internacional establece con claridad la libre determinación, la autonomía en los asuntos internos y locales, la identidad como indígenas y también como ciudadanos del Estado Argentino.

Además, se establece el derecho a participar en la adopción de decisiones respecto de cuestiones que los afecten -de acuerdo a sus propios procedimientos y en forma libre e informada-; y a practicar, preservar y desarrollar su propia cultura, sus lenguas, escritura, y prácticas de salud.

Se establece también el derecho a atribuir nombres a sus comunidades, lugares y personas y a mantener, proteger y desarrollar su patrimonio cultural, estableciendo sus instituciones educativas y medios de información. Además, esta declaración establece detalladamente las acciones y medidas que deben tomar los Estados para hacer efectivos estos derechos.

¿Qué posición establece con respecto al reclamo de tierras que realizan comunidades aborígenes de todo el país?

El artículo 26 de esta declaración establece claramente el derecho de los pueblos indígenas a las tierras, territorios y recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado, utilizado o adquirido y el derecho a poseer, utilizar, desarrollar y controlar las tierras, territorios y recursos que poseen en razón de la propiedad tradicional. Este artículo establece también la obligación del Estado de asegurar la protección jurídica de estas tierras. Asimismo, el artículo 29 establece el derecho a la conservación y protección del medio ambiente, y de la capacidad productiva de sus tierras y recursos.

¿Por qué Argentina se abstuvo de votar ante Asamblea General de la ONU en 2007?

No ha habido un comunicado de la Cancillería explicando los motivos. Sería muy bueno para la democracia que haya un pronunciamiento del Poder Ejecutivo sobre este tema. Resulta muy contradictorio que el actual Gobierno proclame y asuma la defensa irrestricta de los Derechos Humanos y que en los foros internacionales se abstenga de votar cuando se trata de aprobar los Derechos Humanos de los pueblos indígenas.

¿Qué políticas se impulsan actualmente, a nivel legislativo, hacia la población aborigen del país?

No existe por parte del bloque oficialista una política clara orientada hacia los Pueblos Indígenas. Desde la reforma de 1994 hasta la fecha, el Congreso no ha legislado en forma integral y abarcativa sobre estos derechos. Aprobar la Declaración de la ONU como ley permitirá entonces cumplir con esa deuda constitucional que pesa aún sobre el Congreso y, a la vez, será una oportunidad única de establecer una política indígena en Argentina.

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Por Valentina Primo

viernes, 24 de octubre de 2008

i Siete Maravillas, siete mitos i

“He posado mis ojos sobre la muralla de la dulce Babilonia, que es una calzada para carruajes, y la estatua de Zeus de los alfeos, y los jardines colgantes, y el Coloso del Sol, y la enorme obra de las altas Pirámides, y la vasta tumba de Mausolo; pero cuando vi la casa de Artemisa, allí encaramada en las nubes, esos otros mármoles perdieron su brillo, y dije: aparte de desde el Olimpo, el Sol nunca pareció jamás tan grande"

Antípatro de Sidón Antología Griega

Desde los albores de la humanidad el hombre se ha esforzado por desafiar -cuando no por superar- las fuerzas de la naturaleza y las bellezas que ella presenta a los humanos. A veces por ambición, otras por curiosidad y otras por amor, ya desde el año 125 a.C. los griegos elevaban poemas hacia aquellas creaciones humanas que maravillaban a quienes las veían; poemas que hasta nuestra actualidad generan una voraz competencia arquitectónica para lograr ser parte o autor de una de las siete maravillas del mundo.


La Gran Pirámide

En la actualidad sólo la pirámide de Giza se mantiene en pie, aunque parte de su revestimiento de Caliza ha sufrido los saqueos del hombre y la erosión de la naturaleza. Originalmente fue construida como la tumba del faraón conocido como Keops y fue terminada en el 2570 a.C. después de 20 años. El misterio que atrae a turistas y arqueólogos radica en cómo fue posible que la fuerza humana trasladara los más de dos millones bloques de piedra -de promedio de dos toneladas por bloque- para su construcción. La duda perdura hasta hoy, como perdura la primera de las más antiguas siete maravillas del mundo.

Los jardines Colgantes de Babilonia

La maravilla de existencia más dudosa es la de los Jardines Colgantes de Babilonia. Alrededor de ella se entrecruzan, mitos, guerras e historias de amor. Para los soñadores es mejor imaginar que la leyenda que cuenta que estos jardines fueron creados como expresión de amor del Rey de Caldea hacia su esposa Amytis es cierta. Amytis provenía de la tierra de los Medos que poseía hermosas montañas y frondosa vegetación, paisaje que contrastaba con la sequía que castigaba los terrenos de Babilonia. Para evitar su añoranza y nostalgia, el rey mandó a construir terrazas llenas de enredaderas, árboles, arbustos y plantas colgantes. Para la conservación de la flora fueron necesarios trabajos de ingeniería y arquitectura avanzados, se creé que la vegetación se mantenía por canales de riego de riachuelos alimentados por el Eúfrates. La historia nos afirma que perduraron no más allá del año 126 a.C. cuando la ciudad cayo bajo el dominio de los Partos.

El Coloso de Rodas

El coloso de Rodas fue el símbolo de la victoria del pueblo de Rodas frente a la invasión del ejército de Demetrio Poliorcetes. Este poderoso príncipe quiso derrumbar las murallas de Rodas para invadir la ciudad y gracias a fuertes temporales los barcos que trasladaban a los ejércitos de Demetrio naufragaron.


La felicidad del pueblo de Rodas por el triunfo llevó a la construcción de una estatua de bronce con la figura del Dios del viento, Helios. La estatua tenía 32 metros de altura y pesaba aproximadamente 70 toneladas. El coloso data del Siglo tres a.C. y fue destruida por un terremoto en el 223 a.C. 53 años luego de su construcción. Fue hecha por el escultor Cares de Lindos quien fue discípulo de Lisipo, el autor de otra estatua de gran tamaño considerada como otra de las siete maravillas: La estatua de Zeus.

La estatua de Zeus

A diferencia del Coloso, esta estatua fue realizada en marfil y oro, y medía 12 metros. Zeus aparecía con el torso desnudo y sus piernas estaban recubiertas por un manto; su cabeza tenía una corona de olivos; su mano izquierda un Niké (simbolizando a la diosa de la Victoria) y en su mano derecha un cetro. El marfil que usaron para su construcción era ablandado a partir de un sistema de remojo en vinagre que lo convertía en maleable. La certeza de su existencia se deriva a partir de la impresión de su figura en las monedas de la época ya que nada queda de la vieja estatua destruida en el 363 a.C. cuando el emperador Teodosio el Grande prohibió los cultos paganos.

El templo de Artemisa

El templo de Artemisa en Éfeso llevó 120 años para su construcción y estaba dedicada a la diosa conocida como Diana para los romanos. Era una obra de imponente arquitectura, realizada en mármol. La primera construcción data del siglo VIII a.C. y fue destruida por los Cimerios. Tras iniciar nuevamente su realización el templo fue atracción turística y religiosa para todo el viejo continente. Finalmente fue destruido por un incendio causado por Eróstrato, un hombre ambicioso que buscaba que el mundo conociera su nombre por ser el autor de la destrucción del templo más bello jamás visto. Así, una noche de julio del año 356 a.C. -noche en la que se cree nació Alejandro Magno- el templo se consumió. La mitología dice que para los griegos, Artemisa estaba demasiado preocupada en el nacimiento de Alejandro el magnánimo como para custodiar su propio templo. La reconstrucción se reinició tras la muerte de Alejandro, pero fue destruido nuevamente por los Godos.

El Sepulcro de Mausolo

La historia cuenta que este sepulcro fue levantado por Artemisia II tras la muerte de su esposo el príncipe Mausolo. El rey había llevado a su pueblo a la grandeza y el esplendor, y para honrar su reinado se mandó a erigir este templo que contenía 117 columnas, albergaba 444 estatuas y era coronado por un carro de mármol tirado por cuatro caballos con las figuras de Mausolo y Artemisia. El mismo Alejandro Magno que mando a reconstruir el templo de Artemisa, intentó destruir el sepulcro, pero finalmente fue derrumbado por terremotos en el año 1404.

El Faro de Alejandría

El faro era una torre gigantesca de mármol que poseía en su parte superior un espejo metálico que provocaba destellos de luz durante el día, y por las noches reflejaba el fuego de una hoguera. Su propósito era el mismo de los faros de hoy: iluminar a los navegantes. Situada frente a Alejandría en el actual Egipto, sobrevivió durante mucho tiempo, pero fue destruida por terremotos en el año 1323.

Mito o verdad, las antiguas maravillas del mundo, siguen quitando el sueño de arqueólogos e historiadores, siguen atrayendo la curiosidad de quienes han oído sobre su existencia, y siguen despertando la ambición de aquellos que quieren engrosar la lista de creadores y mecenas que buscan inmortalizar su nombre en alguna colosal y magnánima obra.

Por Ma. Guadalupe Zamar
Mitos e ironías del Día de la Raza


“Muerte contra la vida, gloria de un pueblo desaparecido
es comienzo, es final, leyenda perdida, cinco siglos igual”.


Para algunos, un gran comienzo y para otros, el final -como dice la canción de León Gieco- la leyenda de aquel “encuentro de razas” que se celebra el 12 de octubre tiene tantos elementos fácticos como fantásticos. Después de todo, en palabras de Lito Nebbia “Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia”. ¿Una historia plagada de mitos?

Las razones
A pesar de que muchos textos escolares recurren a la ‘necesidad de expansión’ como justificación, la historia de la invasión de América conlleva un trasfondo político-religioso.

Aquella España de 1492 resucitaba del desprendimiento de sus dominios: Isabel de Castilla y Fernando de Aragón habían logrado, con su alianza estratégica, expulsar a judíos y musulmanes de las tierras españolas en lo que se denominó la “guerra de reconquista”. Y esta guerra era religiosa. Así, “España adquiría realidad como nación alzando espadas cuyas empuñaduras dibujaban el signo de la cruz”, dice Eduardo Galeano en Las Venas Abiertas de América Latina.

De ahí que el matrimonio quedó inmortalizado, desde 1496, como “los reyes católicos” por el Papa Alejandro VI Borgia.

Y de ahí que la Iglesia no tuviera reparos en santificar la conquista. Después de todo, en una simbiosis perfecta, mientras España adquiría fisonomía propia ampliando su reino, su expansión extendía el reino de Dios sobre la tierra.

Colón y la tierra redonda

El historiador Felipe Pigna relata que, lejos de una figura redonda, Cristóbal Colón imaginó la tierra con el contorno del seno de una mujer. Así, en la carta que escribe el genovés a la reina Isabel, explica: “La parte del pezón es la más alta, cerca del cielo, y por debajo de él fuese la línea equinoccial y el fin del Oriente adonde acaban toda tierra e islas del mundo”.

¿12 de octubre?

Recientes investigaciones afirman que el marinero Rodrigo de Triana, quien gritó “tierra” al ver el islote que hoy constituye las Bahamas, no se produjo el 12 de octubre sino el 13. Pero, explica Pigna: “puesto que tal número se identificaba con la mala suerte y que el 12 de octubre era la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, patrona de los Reyes Católicos, y caía ese año en viernes, día de la pasión de Jesús, el almirante habría cambiado la fecha a su antojo para quedar bien con sus benefactores”.

El encuentro de razas

Resulta difícil comprender qué se festeja el Día de la Raza, declarado “Fiesta Nacional” por Hipólito Yrigoyen en 1917. El saldo de aquel encuentro, en rigor, no fue más que un exterminio a fuerza de diseminación de enfermedades, masacres, y esclavitud. Colón ordenaba a los nativos que trajesen todo el oro que encontrasen, cortándoles las manos si no lo hacían. Así fue como los originarios, ante el hartazgo, organizaban su resistencia, escapaban a las montañas -donde luego eran atrapados-, o simplemente abandonaban completamente la agricultura, decididos a morir de hambre.

Pero el exterminio de un pueblo no sólo se apoyó sobre la matanza lisa y llana, sino que se abolió su identidad, prohibiendo las religiones originales y el uso del idioma propio.

¿Pero cómo se armonizó, entonces, una masacre impiadosa con el signo de la cruz que los guiaba? Pues bien, la cosmovisión católica viene a explicarlo: a pesar de que se concebía la existencia de un “Mundus Novus”, ello no implicaba la conciencia de haber descubierto un nuevo continente, una nueva humanidad, y una nueva cultura. El nuevo conocimiento fue integrado a la ortodoxia bíblica, que consideraba que el salvajismo o la civilización de un pueblo eran fruto de la voluntad divina.

Un estudio antropológico de Joan Bestard y Jesús Contreras describe que, según el Génesis, la inferioridad y consecuente esclavitud de algunos pueblos es consecuencia de la maldición caída sobre su ascendente, Cam (hijo de Noé).

De esta manera, los originarios fueron asimilados a los pueblos “bárbaros” vecinos de los europeos. Sólo se descubrió al hombre americano, en tanto humanidad diferente, después de que se tomó conciencia de que América constituía un continente distinto y separado de Asia.
Esta ignorancia queda manifiesta en las ceremonias de toma de posesión de tierras: se les leía a los aborígenes un documento denominado ‘requerimiento’ en el que se les comunicaba, en un idioma que no conocían, su nueva situación de súbditos a la monarquía española. A renglón seguido, se les requería entender lo explicado y acatarlo; caso contrario sería considerado una causa para una “guerra justa”.

Y aquí viene uno de los principios fundamentales para la legitimación de la guerra: Según la diplomacia de la época, “basada en el derecho de la libre predicación del evangelio y la libre circulación para la práctica del comercio, el impedimento de cualquiera de estos derechos constituía una causa justa para una guerra justa”, dicen Bestard y Contreras.

Así, la fórmula imponía dos alternativas: aceptar la subordinación, o morir por herejía. Y dado que ningún nativo comprendía el requerimiento, en general los aborígenes se lanzaban a luchar, cumplimentando el requisito para una guerra que se consideraba justa.

La vaca y la leche

El saqueo y el despojo de las riquezas del nuevo continente no tuvo precedentes. Según Earl Hamilton, entre 1503 y 1660, llegaron al puerto de Sevilla 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata. En poco más de un siglo y medio, la plata transportada a España superaba tres veces el total de reservas de Europa; esto sin incluir el enorme porcentaje de contrabando.

Sin embargo, dice Galeano: “los españoles tenían la vaca, pero eran otros quienes bebían la leche”. Es que, a pesar de la ‘burbuja’ en la que vivía la aristocracia, que se embarcaba en guerras y se dedicaba al despilfarro, la Corona estaba hipotecada. La plata americana tenía como destino a los grandes banqueros alemanes, genoveses, flamencos y españoles -a quienes se les pagaba por adelantado- y prestamistas que habían adelantado al Papa los fondos necesarios para terminal la catedral de San Pedro.

Un triste final para Colón

Paradójica y patética, la muerte de Cristóbal Colón transcurrió sin gloria ni honor. Sin saber que había descubierto un nuevo continente, sin siquiera poder dar nombre al mismo -que debe su nombre a Américo Vespucio-, y sin lograr que el rey Felipe le reconociera sus derechos y porcentajes, el almirante murió en 1506.

Por Valentina Primo

martes, 21 de octubre de 2008

¡Opiná sobre el cambio horario!

Otra vuelta al reloj

Nuevamente Argentina padece los trastornos de un cambio horario. Y no es que la sociedad se niegue al avance, o a cuidar la energía. Simplemente sucede que de un año a otro se ha cambiado dos veces el huso horario, y eso trajo aparejado múltiples consecuencias negativas y pocos cambios visibles calificados positivamente.
Y el simple hecho de adelantar el reloj –que considerando la cantidad de artefactos que indican la hora que tiene cada habitante del país, no es tan simple- no es el único eje sobre el cual se discute. El cambio del reloj biológico repercute en el organismo con síntomas como la irritación, la falta de sueño y trastornos digestivos. El cambio solar de los horarios comerciales hace que pongan el grito en el cielo aquellos comerciantes que necesitan del turismo nocturno; y a nivel político, nuevamente una decisión arbitraria no contempla el bien del todos y otra vez se reflejan las fracturas y diferencias entre dirigentes. Sólo diez del total de las provincias acataron la norma, cuestión que debilita aún más la credibilidad de la medida. Jujuy, Tucumán, San Juan, San Luis, Mendoza, Tierra del fuego y Misiones entre otras, no integran “la hora oficial” Argentina establecida por la ley 26.350.
Así, en algunas provincias, la cena es a plena luz del día. En otras, se continúa con la rutina diaria; algunos llegan tarde a trabajar y otros se levantan demasiado temprano. Este nuevo defasaje -que este año se adelantó dos meses con respecto al 2007, (el cambio el año pasado se realizó el 30 de diciembre)- es otro de los números ficticios que se manejan en nuestro País. Desde el domingo existen dos horarios, al igual que existen dos realidades: en Argentina la inflación nunca aumenta más del 4%, el ahorro energético es mayor del 2% con este tipo de medidas, los números de la bolsa no son negativos, el desempleo no tiene cifras alarmantes y los votos de las elecciones reflejan los números dignos de un sufragio limpio. El cambio del huso horario es una nueva demostración de que en Argentina, ni siquiera los números que marcan los relojes, son verdaderos.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Ley contra la minería en Córdoba

La Legislatura de Córdoba sancionó antes de ayer, después de un largo reclamo de organizaciones como “Ongamira despierta” y “Córdoba Ciudad Despierta”, la ley que prohíbe la minería metalífera a cielo abierto en el territorio de la provincia, siguiendo los pasos que ya dieron Mendoza, La Rioja y Río Negro.

El legislador Marcelo Falo informó a radio Cadena 3 que “esta ley prohíbe toda la actividad minera nuclear; por lo tanto Córdoba no va a tener nunca más explotaciones mineras de uranio”. Además, se prohíbe la utilización de sustancias tóxicas en todos los procesos minerales metalíferos, “lo que pone a córdoba en la vanguardia en materia de políticas ambientales”, dijo Falo.

Si bien en la actualidad no existen explotaciones de ese tipo en Córdoba, Josefina Piana, titular de Patrimonio Cultural de la Provincia, había confirmado a Delta ya en diciembre del año pasado (ver nota) que la Secretaría de Minería había girado expedientes en 2006, solicitando autorización para cateo y exploración en la zona de Ongamira. Actualmente, según el diario La Voz del Interior, existen 90 pedidos de privados.

Lo habían denunciado el año pasado los vecinos del valle de Ongamira –nucleados en la ONG ¡Ongamira Despierta!- ante el Defensor del Pueblo de la Nación: se habían extraído muestras de manera ilegal en busca de metales valiosos.

El vicepresidente de Fundación Acude, Federico Kopta, explicó a Delta que este tipo de explotación utiliza el cianuro -que sirve para separar los metales de la roca y luego procesarlo-; y “soluciones de ácidos, que después son llevadas a un piletón y van a parar a arroyos que se contaminan completamente”. Esto puede contaminar el suelo y el aire, pero fundamentalmente, “lo que no tiene solución es que se agota el agua”, debido al uso intensivo de la misma.

Así, este modo provoca, entre otras consecuencias, los denominados "drenajes ácidos de Mina", que son el producto de la exposición a roca viva del gigantesco socavón que necesita este tipo de explotación, explicó a Delta Matías Carelli, integrante de la Asamblea “No a la Mina” de Esquel, en 2007. (ver nota)
Finalmente, la ley no se hizo esperar más. A pesar de que algunas voces intentan calificar de alarmistas a quienes defienden los derechos ambientales, la realidad nos demuestra, y de la manera más cruel, que el mundo no admite experimentos para ver si “es que no es tan malo”. Basta con mencionar el calentamiento global como para recordar que los cuidados del mundo no son causa de un grupo de idealistas. La tierra, el aire y el agua no tienen dueño, y las consecuencias de su maltrato no discriminan a nadie.

Más sobre minería en DELTA:

Ongamira: Resistencia Imperecedera
San Juan: Las explosiones de Barrick Gold
Esquel: Meridian contaMINA
No a las mineras contaminantes!!!


lunes, 22 de septiembre de 2008

Turismo: Venecia


Sólo el murmullo de los miles de pasos deambulantes tintinea en mis oídos: libre de la histeria del tráfico y las bocinas, Venecia entona una melodía cuyos únicos acordes son la marea y el remo del “gondoliere”. En esta ciudad que desdibuja los límites entre fantasía y realidad, todos los sentidos se desconciertan. Y no se trata de una expresión metafórica: dejarse llevar por zigzageo de sus diminutas calles puede conducir al despistado transeúnte -adiestrado a los semáforos y señales- a uno de los tantos canales que irrumpen en el sendero “all’improvviso”.

Pero el reflejo de la historia en sus aguas, sus 400 pintorescos puentes, y las exóticas góndolas que adornan sus orillas no agotan la magia de una cuidad que fue construida sobre 120 pequeñas islas. Sí, por fabuloso que pueda parecer, la construcción de esta ciudad se originó en una búsqueda de refugio ante las invasiones de hunos y longobardos, en el siglo V.

Sin embargo, el paso de los siglos no ha quitado una pizca de frescura a esta asombrosa ciudad. Al recorrer el Gran Canal que atraviesa la isla, se abre paso la majestuosa Piazza San Marco, enmarcada por la Catedral, una reliquia arquitectónica de estilo bizantino construida en 829 para albergar el cuerpo del evangelista Marcos. También allí se encuentra el Palacio Ducal, desde donde asoma el célebre ‘puente de los suspiros’, que contrariamente a la visión romántica, tiene un significado melancólico: allí es por donde pasaban los prisioneros antes de ser sentenciados, emitiendo su último aliento a través de sus recovecos.

Detenerse en el centro de la plaza, invadida por inquietas palomas, bordeada por los edificios de las ‘procuratie Vecchie’, y ambientada por magistrales violinistas, difícilmente prive al visitante del conocido síndrome de ‘piel de gallina’.
Más allá del centro cultural, recorrer las callecitas de sus seis barrios es introducirse en un laberinto sin fin donde a menudo es posible desembocar una y otra vez en el mismo ‘campo’ (las plazas secas donde confluyen hasta 7 calles), si es que antes no queda varado entre un estrecho pasadizo y una calle sin salida.

Venecia es una ciudad para caminar -es decir, para subir y bajar puentes-. Sin embargo, sus coloridos comercios plagados de máscaras y el inconfundible aroma de la pizza mediterránea ameritan varias pausas en el recorrido. Y no será infrecuente para una dama toparse con cordiales piropos confirmando que, lejos de ser un mito, la pasión y el romanticismo impregnan la sangre italiana.

La aventura continúa al retornar a la Piazza, debiendo sortear lagunas de charcos cuando la marea sube y la iglesia San Marco se refleja en el agua. Allí es cuando se montan grandes pasarelas, que permiten ver la ciudad desde otra perspectiva.

Y eso es Venecia, una serie de aventuras y desventuras que tornan cualquier paseo en una anécdota digna de un cuento, o de una comedia. Quizá por eso es que Shakespeare la eligió como testigo de los celos de Otelo; o de la venganza contra Antonio, el mercader de Venecia.

Es que la isla ofrece un deleite para cada uno de los sentidos, un concierto de imágenes, melodías, aromas, y texturas que vivifican una historia de grandeza, de duques, de prisioneros, y quién sabe de cuántos otros secretos.

Por Valentina Primo