En plena era del progreso y en una época única para nuestro país como granero del mundo, las noticias diarias distan de ser las mejores. A diario mueren poco menos de 20 personas por día en accidentes de tránsito, al tiempo que otra veintena los padece sin víctimas fatales. ¿De quién es la culpa? ¿Cómo hacemos para solucionar este problema más que manifiesto?
En lo que va del 2008 la cantidad de muertes en las rutas argentinas supera ampliamente el medio centenar. Mucho más podría decirse de los accidentes de tránsito sin implicancias fatales, ya que con el agregado de estos en la sumatoria se llegaría a los cien incidentes viales en un mes (haciendo caso omiso a los ocurridos en las urbes que -sin lugar a dudas- se dan a una escala alarmante).
En lo que va del 2008 la cantidad de muertes en las rutas argentinas supera ampliamente el medio centenar. Mucho más podría decirse de los accidentes de tránsito sin implicancias fatales, ya que con el agregado de estos en la sumatoria se llegaría a los cien incidentes viales en un mes (haciendo caso omiso a los ocurridos en las urbes que -sin lugar a dudas- se dan a una escala alarmante).
Y como toda consecuencia tiene necesariamente una causa, la pregunta sería si la seguridad vial es única responsabilidad del Estado, o es de cada automovilista que maneja negligentemente por los trayectos nacionales y provinciales (sin olvidar a motociclistas, colectiveros, camioneros, y demás viajeros de ruta). Parecería que una respuesta acabada involucraría a ambos actores sociales: al colectivo civil, y al Gobierno que los representa; pero lo difícil se presenta al momento de encontrar el exacto cumplimiento de los deberes de cada sector.
Cooperación para evitar la caducidad
La falta de infraestructura en materia de vialidad es un hecho (o mejor sería decir: nunca se ha hecho), y es algo que se padece cada vez más. La industria automotriz mundial fabrica miles de millones de autos por año con tecnología de avanzada que permite la constante superación en potencia, velocidad, y confort al momento de conducir un vehículo. Y no es un dato menor para un país como el nuestro que en 2007 registró la venta de 570 mil unidades, y -paradójicamente- las rutas por las cuales esos nuevos medios de transporte se movilizan son las mismas que en 2006 (aunque algunas en condiciones severamente peores). Y no sólo eso: las rutas de tránsito pesado suelen ser también utilizadas por colectivos y vehículos de familia -porque así fue previsto el itinerario interregional-, lo cual no sólo daña los escasos asfaltos, sino que además torna al manejo en rutas nacionales lento y peligroso.
“Manteníamos una cantidad de muertos de 7 mil personas por año hasta 2005, que igual es una cantidad exorbitante. Pero en 2006 y 2007 se produjo un fuerte aumento", aseguró a Reuters Alberto Gasparini, capacitador de Luchemos por la vida.
Ahora bien, la irresponsabilidad al momento de conducir es el causal primero de muertes; de lo contrario (si cada automovilista, camionero, motociclista o colectivero, viajara a la velocidad indicada por Seguridad Vial, con cinturones de seguridad puestos, respetando las señalizaciones, el número de pasajeros, y tiempo necesario de descanso) el número de accidentes disminuiría notablemente, ya que sólo dependería de percances mecánicos o naturales.
Pero esto último se relaciona con lo anterior: si las autopistas (y autovías) y las rutas especiales para tránsito pesado fueran un hecho en Argentina, no existiría la necesidad de viajar a paso de hombre por rutas que unen centros urbanos (lo que genera estrés y conduce a la negligencia), ni las vías de acceso rápido serían un camino al desastre. Y es aquí donde el meollo de la cuestión se complica aun más.
Según la organización Luchemos por la Vida "No hay educación vial en los colegios, y eso tiene que incorporarse al sistema educativo”. Además, muchos adultos que hoy tienen un registro de conductor no han recibido educación vial para su otorgamiento, falla el control, y no hay suficientes premios y castigos. Es por eso que “no funciona el sistema”.
¿Se trata de comodidad o indiferencia?
De los temas centrales en la agenda de los noticiarios en nuestro país, el de accidentes de tránsito es cada vez más el elegido para desarrollar. Y no para generar sensacionalismo, sino porque realmente es lo que está ocurriendo (son noticia) en las rutas argentinas. Al menos una nota de policiales en los diarios trata el mismo tema. Lo mismo para las radios, más atentas a las novedades de último momento.
Ahora, ¿Sucede los mismo con la agenda ciudadana? ¿Este tema forma parte de las prioridades de los estados nacionales y provinciales?
Según los especialistas, el incremento de la cantidad de accidentes obedece a la falta de educación vial y de control, lo que es potenciado por el aumento del parque automotor en el país. Con lo que la respuesta es la inicial: todos tenemos la culpa, y todos debemos hacernos cargo de la evolución y la seguridad, para así evitar que Argentina siga siendo uno de los países con la tasa de mortalidad más alta en accidentes de tránsito, como en las últimas décadas.
Por Emiliana Felizzia
1 comentario:
Los accidentes de transito son una responsabilidad compartida del Estado y de cada conductor y peaton, es evidente que un importante numero de choferes de transporte publico, manejan con irresponsabilidad e imprudencia, la misma que la de los jovenes los fines de semana, cuantas personas siguen manejando a pesar de haber consumido bebidas alcoholicas, cuantos no respetan las leyes de transito,mas del 95% de los accidentes de transito ocurridos se hubieran evitado si quienes lo originaron hubieran respetado las normas y leyes de transito, un 5% es fatalidad saquemos cuenta, que los accidentes de transito no se conviertan en un paseo con la indiferencia.
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